Fecha de ejecución: 1 de diciembre de 2017 al 1 de diciembre de 2018.
La realidad política de Colombia, ahora que atraviesa un momento importante en los procesos de paz, está inmersa en una serie de discursos y prácticas que develan la urgencia de comprender cómo se insertan en las relaciones socio políticas y el establecimiento de instituciones. Esto quiere decir que desde el lenguaje podemos comprender la manera de cómo se construye y deconstruye el mundo político y de suyo la teoría política podría aportar en esta intención.
El problema está en que en esa construcción del mundo político se juegan establecimientos de poder porque las palabras pasan a ser en su uso convencional, quienes reglamentan las acciones y con ello se conforma lo que denominamos: hechos sociales. Es el uso del lenguaje el que permite establecer relaciones de poder. Quien tenga dominio de la palabra podrá dominar sus acciones y por qué no a un pueblo. El uso del lenguaje constituye las instituciones sociales, y es a través de los actos de habla que se devela la intención colectiva de quienes conforman tal sociedad.
Por lo tanto, los actos de habla crean hechos institucionales. El uso del lenguaje nos permite como seres humanos comprender los hechos brutos del mundo en el que habitamos y crear hechos institucionales en el marco de la sociedad a la cual pertenecemos.
Sin lenguaje no sería posible hablar de una realidad social. Hacemos explicito lo implícito (Cfr. Angélica María Rodríguez Ortiz, “Searle y la posibilidad de derivar un “Debe” de un “Es’ ”). La pregunta guía de esta investigación sería: ¿Hasta qué punto de vista en las relaciones de poder y su alcance en las instituciones políticas, el lenguaje se constituye en una pieza clave?
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