Aunque su familia es de Jardín, Antioquia, ella nació en Envigado y es una de las menores entre ocho hermanos. Vivió una infancia feliz, dice que en este período de su vida conoció con certeza lo que era la felicidad. Recuerda que fue una época muy sana, llena de calle, amigos y juegos. María Elena Giraldo Ramírez, Nena, como la llaman los más cercanos, es consciente del esfuerzo que hicieron sus padres para que ella y sus hermanos tuvieran una vida más tranquila y con oportunidades.
La música siempre la ha acompañado, incluso, recuerda que visitaba con sus padres durante horas La Corona, un almacén famoso ubicado cerca al parque de Envigado, para grabar las canciones que más les gustaban y crear lo que hoy se conoce como una lista de reproducción. Su casa siempre estuvo llena de discos compactos de diferentes géneros y creció escuchando todo tipo de música: rock, salsa, canciones sociales y demás.
Para la familia Giraldo Ramírez era sagrado asistir todos los domingos a la misa de las 11:00 de la mañana en el barrio San Mateo. Después, era imperdonable no entrar a ver una película en el Teatro Anaconas; allí desarrolló una de sus pasiones más grandes en la vida, porque era tan apasionada al cine que, incluso, vio cortometrajes desde antes de aprender a leer.
Se graduó del colegio La Presentación de Envigado, y recuerda que a la hora de hacer las pruebas de interés vocacional siempre le salían carreras relacionadas con las matemáticas, pero, ella siempre quiso estudiar Comunicación Social, Historia o Artes Plásticas. Su interés por la escritura y por querer ser una cronista como Oriana Fallaci, a quien conoció por su crónica La llegada del primer hombre a la luna, hizo que se enamorara del periodismo y, por eso, decidió estudiar Comunicación Social – Periodismo en la Universidad Pontificia Bolivariana, una experiencia extraordinaria para su vida.
Consiguió la práctica de sus sueños en el periódico El Mundo, una escuela excepcional para lo que ella quería hacer, pero no sabe si fue, para fortuna o infortunio, que nunca logró publicar una crónica.
La cinta se encontraba por fragmentos y ellas lograron reconstruirla luego de descubrir que nadie lo había hecho. Ser parte de los créditos, luego de que fuera restaurada, fue una experiencia muy gratificante y emocionante para su vida.
Después de graduarse, trabajó un tiempo en el Instituto de Seguros Sociales, lo que le permitió darse cuenta de que lo único que no le gustaba eran las relaciones públicas y la comunicación corporativa, ese no era su mundo, pero aprecia lo aprendido.
Luego, llegó la oportunidad de trabajar en el Museo de Arte Moderno como comunicadora, allá logró hacer la conexión con la educación porque trabajaba en un proyecto llamado El museo, una aula más en la vida de los estudiantes. Una vez más tuvo una corazonada de que ese era el camino que le gustaba y, entonces, se presentó a una beca del Instituto de Cooperación Internacional Iberoamericana y pudo ir a estudiar una maestría en Comunicación Audiovisual y un diplomado con enfoque en educación, en Barcelona.
Salir del país fue una experiencia que le permitió conocer otras realidades, despertar, tener una visión distinta de las cosas y llenarse de más ganas de aprender. Fue útil para darse cuenta de que, en ocasiones, las personas que admiramos y de las que tenemos muchas expectativas no son lo que creemos, pues no necesariamente quien escribe y hace cosas extraordinarias en un libro es un buen profesor en el aula.
Al regresar, María Elena tenía una propuesta que estaba enfocada en alfabetización audiovisual y tecnológica para profesores, la Universidad Pontificia Bolivariana la contactó porque estaban interesados en financiarla, pero, para eso, se tenía que vincular a la institución. Su propuesta pasó de ser una tesis titulada Nuevos media, nuevas formas de comunicar, otra mirada a la educación, a convertirse en lo que ahora es el Grupo de Investigación EAV. Desde ese momento ya han pasado 25 años.
Conoce su trayectoria académica
Su pasión por la investigación la ayudó a proponer y desarrollar varios cursos dentro de la Universidad, uno de ellos es Nuevas Tecnologías, y en él se evidencia su universo de pasiones: la conexión entre cine, comunicación, educación y aprendizaje desde la virtualidad.
Cuando se habla con una persona como María Elena, varias de sus características saltan a la vista. Es muy calmada a la hora de expresarse, cuando habla sobre sus gustos se puede ver lo apasionada que es. Tiene ganas de hacer las cosas. A ella le aplica perfectamente la frase “el que quiere hacer algo conseguirá un medio, el que no, una excusa”.
Es una conciliadora innata, pero, en ocasiones, este mismo aspecto le puede jugar en contra y volverse una debilidad, debido a que pueden existir circunstancias en las que hay que tomar decisiones más tajantes. Por esta razón, no soporta ningún tipo de maltrato: físico, psicológico o verbal, simplemente no lo soporta. No le gusta no poder tener el control sobre sí misma, sobre las situaciones y sus propias emociones, pero entiende que hay que aceptar lo que no se puede cambiar.
La vida de sus padres y sus enseñanzas han sido y siempre serán una inspiración, su capacidad de trabajo, su amor, su alegría, su tesón. Se refiere al éxito como la tranquilidad de estar bien con uno mismo. Y, sobre todo, le gustaría que la gente la recuerde como una buena persona.
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