Transformación social a partir del convenio de la Universidad Pontificia Bolivariana con el Instituto Misionero de Antropología (IMA)
Hace más de 40 años se activa el convenio marco entre la Universidad Pontificia Bolivariana y el Instituto Misionero de Antropología (IMA), que busca facilitar el proceso en formación universitaria para estudiantes que se encuentran en zonas o condiciones de difícil acceso a este nivel académico. Entre los participantes se destacan indígenas, afrodescendientes, líderes de comunidades entre otros.
El IMA es un proyecto de la Conferencia Episcopal Colombiana que tiene como propósito la expansión de la educación a los lugares más apartados del país. En este caso específico con la educación superior y la formación avanzada bajo la figura de convenio con la Universidad Pontificia Bolivariana, haciendo presencia en lugares como Leticia (Amazonas), Puerto Asís (Putumayo) y Toribío (Cauca), impactando a más de 40 etnias de 20 departamentos de Colombia.
Por otro lado, gracias al carácter interdisciplinario del convenio UPB-IMA, el compromiso con la calidad educativa parte de la modalidad de formación integral y busca cumplirse con cabalidad ajustándose a las necesidades de los grupos humanos intervenidos. Es impensable llevar a cabo procesos de cualquier tipo en estas regiones sin tener en cuenta a la población. El Instituto aporta con su filosofía, la Universidad con su aparato académico ya establecido y como un tercer elemento cohesionador está la comunidad. En conclusión, la educación está en función de responder a diferentes cuestionamientos sobre cómo lo que se hace y se estudia aporta para la comprensión del desarrollo del pueblo y la colectividad.
Evidentemente existen casos de posgrados que no coinciden con las aspiraciones de un programa de este corte desde las lógicas urbanas. Así que el cuerpo docente implementa algunas adecuaciones de saberes que han representado una oportunidad extraordinaria de aprendizaje para ambas partes, ya que la formación no depende solo del esfuerzo de la comunidad por entender distintos conocimientos, sino que los profesores, con toda la carga epistemológica de los saberes, cumplen un rol fundamental tratando de hacer lectura de los contextos.
En este sentido, la universidad tiene un recorrido de gran importancia para el país en cuanto innovación social, porque no trata simplemente de llevar educación a las regiones, sino que esto entraña significados más grandes para el aprendizaje en términos académicos y en términos epistemológicos porque transforma la mirada de la población y eso obliga a que el saber se recontextualice y se repiense frente a la realidad de las comunidades.
La Escuela de Economía y Administración hace parte del convenio desde hace 16 años, influyendo principalmente en el municipio de Toribío. La formación en esta área ha sido una de las grandes aspiraciones de los dirigentes y las comunidades Nasa, comúnmente conocidos como pueblo Paéz, que han contemplado en sus propios planes de vida factores de desarrollo y cohesión, con buen manejo de lo administrativo y lo gerencial, apuntándole principalmente a los proyectos productivos que no son más que pequeñas iniciativas de microempresa de cara a la economía de supervivencia o pancoger.
En esta misma dirección, los programas a pesar de tener una malla curricular ya diseñada se modifican in situ para hacer énfasis en economías solidarias y en desarrollo local regional. Esto ha traído como resultados inmediatos una organización al interior del ente territorial y el posicionamiento de los egresados en los cargos de liderazgo dentro del proyecto Nasa, la administración municipal o las cooperativas de campesinos.
