Agencia de Noticias UPB – Medellín. La migración abrupta de la educación presencial a la virtualidad ha generado diferentes imaginarios en los actores que hacen parte del proceso educativo como estudiantes, docentes e inclusive padres de familia. Esta situación se ve marcada por las dudas y los mitos que surgen frente a la incertidumbre de la efectividad del sector educativo en las aulas virtuales, concepciones que de no ser aclaradas podrían afectar las percepciones frente a la calidad de la educación virtual.
Aunque algunas de las universidades se encontraban migrando hacia la virtualidad gradualmente, aún no se puede hablar de una modalidad a distancia en su totalidad, pues muchas de ellas trasladaron la metodología presencial a los medios digitales, lo que da paso a una educación remota pero no virtual.
“Es una educación preparada para ser presencial mediada por medios virtuales. Solo cuando se tiene un diseño instruccional se pude hablar de educación virtual, eso implica análisis de los públicos objetivos, diseño de unos trayectos de aprendizaje, el desarrollo de actividades de aprendizajes secuenciales con un modelo de evaluación claro, con la producción y gestión de unos recursos educativos digitales de espacios y con medios que permitan la retroalimentación y evaluación formativa”, aseguró Luis Andrés Ochoa, director de UPB Virtual Multicampus.
La calidad de la educación se puede afectar tanto en el campo presencial como en el virtual, pues esta depende de las propuestas y estrategias didácticas implementadas para facilitar y asegurar la interiorización de los conocimientos, además de contar con un modelo de evaluación que sea formativo.
“En la modalidad virtual hay otras cualidades que pueden mejorar la experiencia del aprendizaje y mucho más cuando se combina lo presencial con lo virtual”, expuso Luis Andrés Ochoa.
La virtualidad propone un cambio a las rutinas tradicionales, en las clases presenciales los estudiantes estaban acostumbrados a la asignación numérica y a clases dirigidas a personas con diversos procesos de aprendizaje. En el caso de las aulas digitales la educación va más enfocada a la autodirección del conocimiento a través del desarrollo de competencias. Las tecnologías permiten tener un proceso educativo más personalizado que se adapta a las particularidades de cada alumno.
A pesar de que se habla de una sociedad marcada por la Cuarta Revolución Industrial, en el campo educativo aún no se puede hablar de estudiantes virtuales, pues a pesar de que muchos de ellos saben manejar diferentes herramientas digitales, lo cual se convierte en un plus al momento de adaptarse a la virtualidad, vienen de un proceso de aprendizaje presencial donde los roles que jugaban tanto maestros como estudiantes cambian completamente.
“El estudiante debe adquirir nuevos hábitos y comportamientos, pues no solo se les exige planear rigurosamente las actividades de aprendizaje, sino que también deben desarrollar hábitos de autodirección donde el alumno organice su tiempo de trabajo más allá del horario de clase. Los estudiantes sí tienen la capacidad para asimilar rápido el uso de las herramientas, pero no tiene los comportamientos ni han desarrollado los hábitos para eso”, afirmó Luis Andrés Ochoa.
En la virtualidad el docente sigue cumpliendo un papel muy importante en el proceso de aprendizaje, ya no como un experto, sino como un guía que acompaña a cada uno de los estudiantes en el proceso de autodirección. Su función es indispensable para la buena comprensión de los contenidos virtuales y para que la retroalimentación por parte de los alumnos sea positiva.
“En la virtualidad el docente tiene un trabajo previo muy rigoroso porque debe analizar a los estudiantes, diseñar las actividades de aprendizaje con buenas instrucciones, debe crear instrumentos y estrategias de evaluación para ambientes virtuales”, concluyó Luis Andrés Ochoa, director de UPB Virtual Multicampus.
Esta pandemia fue la oportunidad para establecer la educación virtual como otro mecanismo para acceder a uno de los derechos fundamentales de cada ciudadano, a pesar de que no se puede hablar de total virtualidad en este momento, muchas de las instituciones van por el camino de aplicar el aprendizaje digital, según Luis Andrés presentando como principales retos la creación de diseños instruccionales y la generación de los hábitos de autodirección en los estudiantes.
Por Manuela Granda Guzmán, Agencia de Noticias UPB.
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