La Aeronáutica no fue un amor a primera vista: “Realmente no sabía si quería estudiar Ingeniería Mecánica, Arquitectura o Medicina. Vine a una de las ferias de la Universidad, estuve mirando el pensum y me gustó mucho Ingeniería Aeronáutica, pero finalmente, mientras terminaba el colegio, decidí participar en el programa de sillas vacías en Química”, cuenta María Alejandra con satisfacción y gratitud, pues esa experiencia le permitió conocer al profesor Luis Fernando Montoya Valencia (Q.E.P.D), quien, asegura, le enseñó a disfrutar la química y la ciencia, dos ingredientes que son fundamentales para las labores de investigación que desarrolla.
De la UPB salió “con la maleta llena de herramientas”, pero con mucha incertidumbre. “Yo recuerdo que para mis compañeros era muy claro que les gustaba, por ejemplo, la aerodinámica o las ciencias térmicas, pero a mí todo me gustaba, aunque me inclinaba más por el área de materiales”, cuenta.
Su infancia transcurrió entre los juegos, el ballet y el grupo de scouts, siempre acompañada por una familia “con mucho amor y disciplina”, quienes le ayudaron a marcar la ruta para vivir con intensidad su vida académica y profesional.
Trabajó en tres aerolíneas que operan en Colombia, pero sus funciones estaban muy alejadas de la parte técnica, que era lo que más disfrutaba. Por eso decidió aplicar para una maestría y desde entonces su labor ha estado encaminada a la investigación, especialmente en lo relacionado con el diseño, formulación e impresión de tintas conductoras y semiconductoras para impresión de dispositivos electrónicos y catalíticos.
"María se ha convertido en un modelo a imitar. Realmente creo que esto es solo el comienzo de una increíble historia de éxito para las mujeres en STEM en los Estados Unidos y América Latina", expresó Vitor Mucina, presidente asociado de educación y profesor en el Departamento de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial de West Virginia University, tras asegurar que sólo el 16 % de los estudiantes de doctorado son mujeres, una de ellas egresada de la UPB.
Aunque dice que nunca ha tenido la claridad para saber a dónde quiere llegar, se ha dejado guiar por diferentes oportunidades que le han permitido, entre otros logros, ver su nombre en importantes bases de datos de investigación por sus publicaciones en revistas de alto impacto y ser investigadora en un Laboratorio en el que varios descubrimientos han alcanzado Premio Nobel.
Extraña los paisajes de su país y compartir el tiempo con familiares y amigos, pero vivir en el exterior ha sido fundamental para su realización profesional: “Es una experiencia muy enriquecedora, me ha permitido conocer otras culturas y apreciar otras formas de ver la vida; con respecto a la ciencia, me ha permitido aprender y entender la forma en la que se integra el trabajo en las universidades, los laboratorios estatales y la industria privada, para crecer en ciencia y tecnología”.
Se siente orgullosa de haber estudiado en la UPB y lo que más recuerda “es la alta calidad técnica y humana de sus docentes”, quienes le ayudaron a esta ingeniera aeronáutica a preparar el despegue para emprender un vuelo cargado de disciplina y pasión por el conocimiento.
Por Alejandra Carmona Sierra, Agencia de Noticias - Egresados UPB
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