Tuberculosis en cárceles genera una pedagogía de prevención

Disponible en:Medellín24 feb. 2020

 

 
Cristian Vera, Diana Marín, Yoav Keynan, Lucelly López y Zulma Rueda. Investigadores del proyecto

Cristian Vera, Diana Marín, Yoav Keynan, Lucelly López y Zulma Rueda. Investigadores del proyecto 'Tuberculosis en cárceles'.

Agencia de Noticias UPB - Medellín. Investigadores de la UPB lograron hacer pedagogía en cárceles de Medellín y Bucaramanga a partir del proceso infeccioso de la tuberculosis, enfermedad altamente contagiosa en las cárceles. 

La tuberculosis es una infección bacteriana que suele atacar principalmente los pulmones, pero puede también dañar otras partes del cuerpo. El interés de la docente e investigadora Zulma Rueda por investigar esta enfermedad surgió de sus estudios de doctorado en Epidemiología. 

El objetivo era descubrir cómo era la transmisión de esta infección, qué tan rápido se propagaba y cómo se podía combatir en sitios como los centros penitenciarios. Sin embargo, y luego de un arduo trabajo, aparecieron otros objetivos

El trabajo en cárceles cambió mi perspectiva tanto como investigadora y como persona. Eso me llevó a pensar en cómo podía llegar más allá que simplemente obtener datos. Por iniciativa de las personas privadas de la libertad surgieron varios puntos en la investigación: un diccionario para entender el lenguaje de ellos y nos pedían que les dejáramos apoyarnos. Ellos querían aprender para poder ayudar”. 

El trabajo en los centros penitenciarios no solo les permitió proponer cómo controlar y prevenir la infección, disminuir el tiempo de respuesta frente a los casos y agilizar el diagnóstico, sino también hacer pedagogía con un público difícil y altamente vulnerable.

1 de cada 4 personas en el mundo tiene la bacteria en el pulmón, es decir, el 25 % de la población mundial, esto no quiere decir que estén enfermas ni que infecten a otras personas.

Capacitaciones y resultados

Para lograr una pedagogía completa, las investigadoras entrenaron a enfermeras, al personal de salud, de guardia y administrativo, y a las mismas personas privadas de la libertad en temas como tuberculosis, su transmisión y demás temas respiratorios que les ayudaran a estar alerta sobre cualquier caso. 

“Con ellos empezamos una pedagogía en donde realizábamos talleres. Así, generamos material educativo como cartillas, folletos, hicimos un video, ellos compusieron una canción… Todo con la ayuda de ellos. La idea era tener el mensaje correcto en el lenguaje que ellos utilizan”, comentó la investigadora Zulma Rueda. 

 
Imagen tomada de cartilla educativa realizada por las personas privadas de la libertad.

Imagen tomada de cartilla educativa realizada por las personas privadas de la libertad.

Las personas capacitadas se convirtieron en promotores de salud, lo que implica que, aunque los transfieran a otro centro penitenciario, pueden continuar identificando a personas con síntomas respiratorios y pueden compartir el conocimiento. 

A partir de esta investigación, el centro penitenciario Bellavista pasó de ser una cárcel con muchos problemas a una que es modelo para el país y Latinoamérica. 

En la investigación han participado diferentes universidades como la Universidad de Antioquia, Universidad Industrial de Santander, University of Manitoba. Además, en la UPB participan las facultades de Medicina, Comunicación Social - Periodismo, Ingeniería de Sistemas e Informática, Ingeniería Industrial. Además, la investigación ha sido financiada por Colciencias. 

Pasa en todo el mundo

Vale la pena resaltar que:

  • Aunque es una enfermedad seria, tiene un tratamiento y una cura
  • Es una enfermedad que puede atacar a cualquier persona. 
  • En Colombia el número de casos nuevos es de 30 a 33 casos por 100000 personas. En cárceles es entre 300 a 500 casos por 100000 personas privadas de la libertad.
  • Alrededor del 25 % de la población mundial tiene la bacteria latente, como ‘dormida’. Entre estos, solo entre el 5% al 10% desarrolla la enfermedad.
  • Se transmite cuando una persona enferma canta, habla, respira, tose o estornuda. 
  • No se transmite por compartir platos, ni vasos, ni ropa, ni el colchón.

Por Laura Restrepo Cárdenas, Agencia de Noticias UPB 

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