María Isabel Barrientos tiene tatuado el sello Bolivariano. Su formación como comunicadora social – periodista y sus primeros retos profesionales los vivió en su Alma Máter.
Es una apasionada por la lectura, por el conocimiento y por los retos, lo cual le permitió desempeñar importantes cargos en diferentes organizaciones y posteriormente asumir el desafío de ser independiente, una opción que le da la posibilidad de compartir tiempo con su familia sin dejar a un lado su profesión.
En una de sus visitas al campus habló con Álvaro Hoyos, jefe del Centro de Producción Audiovisual de la UPB, sobre el impacto de la formación recibida y las razones por las cuales se siente orgullosa de pertenecer a su Universidad.
¿Quién es María Isabel Barrientos?
Soy una profesional de la Universidad Pontificia Bolivariana, tengo una hija igualmente egresada de esta Universidad, con mucho orgullo tenemos tatuado el sello Bolivariano. He sido una mujer dedicada al servicio, descubrí desde muy joven que esa era mi vocación y he orientado mi profesión fundamentalmente a que todo lo que entrego, lo entrego buscando la coherencia y los valores.
De tu paso por la Facultad de Comunicación Social, ¿qué recuerdas de la formación que les inculcaban a los estudiantes?
Nos inculcaban mucho los valores, el compromiso y la coherencia. Que cuando nosotros fuéramos unos profesionales y estuviéramos enfrentados a cualquier tipo de organización o de actividad dentro de nuestra profesión, debíamos ser coherentes en el pensar, en el actuar, en el decir, llevando a donde fuéramos el sello Bolivariano, lo cual implica ser líderes realmente en el ejemplo y convencer a partir de la acción, más que de la palabra.
Lo anterior, ¿cómo influyó en tu desempeño profesional cuando egresaste de la Universidad?
Uniendo el conocimiento, uniendo todos los principios, los valores y la oportunidad que tuve de desempeñarme en mi primer trabajo en la oficina de Comunicaciones y Relaciones Públicas de esta universidad, incidió para que buscara en todo momento el logro de objetivos, la planeación, la organización, saber que cualquier trabajo que hagamos, sin importar que estemos en una institución o trabajando de manera independiente, debe responder a una estructura organizacional, brindar espacios donde todos podamos comunicarnos y podamos hacer unas comunidades laborales que nos permitan crecer como talento humano, desarrollarnos y ser felices como personas, de tal manera que el proyecto de vida y el proyecto laboral sean uno solo, eso me dejó la Universidad.
En tu experiencia como docente y según lo que dices, desde tu trabajo y desde tu formación en la Universidad, siempre hubo una comunión entre el ser, el hacer y el saber hacer. ¿Cómo fue el proceso de enseñarle eso mismo a tus estudiantes?
Todo en la vida es sistémico, es holístico, cada experiencia que vives te lleva a grandes aprendizajes, entonces cuando yo veía a los futuros comunicadores sociales de la Universidad Pontificia Bolivariana, yo no estaba solamente entregando conocimientos sino formando, educando; no entregando información, sino facilitando que ellos mediante el aprendizaje experiencial pudieran salir a las empresas, conocer el mundo, pero siempre con dando importancia a los valores, porque con ellos debemos actuar día a día, en todos los ámbitos de nuestro proyecto de vida, en todo lo que hacemos debemos ser consistentes y lograr que se vea ese sello Bolivariano y que somos profesionales íntegros.
¿Qué recuerdos te traen los espacios en los cuales te formaste como profesional?
Muchos recuerdos: generosidad, familiaridad, apoyo, porque me preguntabas cómo me relacionaba con los alumnos y es muy importante la capacidad que tiene el docente, que ante todo tiene que tener vocación, de entender a sus estudiantes, entregar conocimiento en medio de mucho amor y generosidad, entendiendo que están en un proceso de crecimiento como seres humanos, donde hay que respetarlos mucho, comprenderlos mucho, enseñarles con mucho amor y firmeza, como se hace con los hijos.
¿Cómo ves ahora el proceso educativo que se está llevando en la Universidad Pontificia Bolivariana, de cara al estudiante que tenemos?
Pienso que cada vez nos estamos acercando más a las necesidades que tienen los empresarios y pienso que un reto es cualificar cada vez más al docente, darle oportunidades de que tenga experiencias en las empresas, lo mismo que a los estudiantes, precisamente para que haya una coherencia entre toda aquella teoría que yo recibo y lo que hago con ella, cómo innovo. Innovar no es crear o inventarme algo, es buscar cómo lo mejoro, cómo llego a las empresas a depositar el sello Bolivariano, cómo tengo consciencia de lo que estoy haciendo en el día a día, cómo me hace crecer como profesional, como persona, pero también cómo hacer crecer a la empresa. Entonces pienso que cada vez en el pensum y en el hecho de estar acreditados, la universidad ha demostrado que busca la sostenibilidad y la busca desde todo punto de vista.
Finalmente, ¿cuál es el mensaje que le quieres dar a los estudiantes de la UPB?
Quizá hoy no valoren tanto el estar en la Universidad, pero después de haber vivido muchos años de experiencia profesional, uno valora que aquí estuvieron los cimientos de reeducación al ser, en los principios, en la ética, en las políticas y en los conocimientos técnicos. Por eso el consejo es que aporten a la Universidad y crezcan permanentemente, investiguen y sigan estudiando para fortalecer los cimientos que da la Universidad.
* Entrevista realizada por Álvaro Hoyos, comunicador social – periodista, jefe del Centro de Producción Audiovisual de la UPB.
Edición: Agencia de Noticias y Egresados UPB
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