Agencia de Noticias UPB - Medellín. A raíz del Aislamiento Preventivo Obligatorio Colaborativo e Inteligente decretado por el Gobierno Nacional, gran parte de las industrias colombianas se reactivaron y el sector energético se prepara para brindar el mejor apoyo y servicio, con el fin subsanar la demanda de uno de los principales sectores que más consume energía en el país.
Según Idi Amín Isaac Millán, docente investigador de la Universidad Pontificia Bolivariana, el mayor reto para el sector energético en estos momentos es brindar seguridad y confiabilidad en el suministro que se requiere para que la industria se recupere y arranque nuevamente la capacidad productiva del país.
Para asegurar esta capacidad, XM, el operador del sistema eléctrico colombiano, busca procurar que las centrales eléctricas ahorren y embalsen la mayor cantidad de agua posible, con el fin de repartir de manera más inteligente los recursos a generar entre la capacidad térmica y la capacidad hidráulica.
Aunque en los últimos meses el país ha pasado por una temporada seca y un casi fenómeno del niño desde el punto de vista climático, esta situación no se ha convertido en un reto mayor para el sector eléctrico porque la demanda ha disminuido. Según Idi Amín, con la reducción del uso de energía, se utiliza menos el agua de los embalses; mientras que, si el país coincidiera con una época productiva grande y temporadas de sequía, probablemente se estuvieran agotando más rápido los embalses.
Comparando la demanda energética con el mismo periodo del año anterior, las cifras cayeron entre el 16 % y 18 %. Esto se debe a que los usuarios mayores son el sector industrial, comercial y oficial, es decir, solo se incrementó la demanda residencial y esta no es suficiente para compensar la caída de las otras tres que son más importantes en proporción.
“Si continuamos como estamos ahora, puede haber una amenaza seria de un racionamiento comenzando el año entrante, en la temporada seca, ya que no hay certeza de cómo va a estar la temporada de lluvias del segundo semestre”, mencionó Idi Amín.
Actualmente, la energía de Colombia depende de un 65 % de los embalses y un 35 % de centrales térmicas y de otro tipo. Incluso, en temporadas invernales fuertes hasta el 80 % y 90 % de la energía ha llegado a ser solo de agua.
Para el año 2032 el Gobierno Nacional tiene la estrategia de diversificar la matriz energética, es decir, no depender exclusivamente de embalses, sino tener otros recursos energéticos complementarios que permitan solucionar el problema de carencia de agua en una temporada de sequía.
Según Idi Amín, el viento y el sol son complementarios al agua. “Cuando hay más sol, hay menos agua; y, cuando hay más viento, hay menos agua. En verano hay buen viento y buen sol, es decir, la energía eólica y la energía solar pueden dar una mano; en invierno bajan los vientos, baja el nivel de radiación solar, pero sube el agua. Estos recursos son complementarios y no generan el problema de emisiones al medio ambiente”, resaltó el docente investigador.
Hoy en día la capacidad de energía solar y eólica está en el 0,5 %, pero se espera que para el año 2023 llegue al 12 % de la canasta energética total del país.
Por María Fernanda Arrubla López, Agencia de Noticias UPB - Medellín.
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