Agencia de Noticias UPB – Medellín. Con una cuenta muy activa en Instagram, el padre Víctor encontró una manera de llevar el mensaje de Dios a los más jóvenes por medio de Reels o de IGTV de la misma plataforma. Él toma las canciones que considera más “pegadas” del momento y saca una enseñanza dentro de la letra de las canciones, sus publicaciones empiezan con la introducción de una parte de la canción y luego él deja un mensaje que se puede aplicar a la vida diaria.
En el año 2019 pocos podrían imaginar la celebración de la santa misa de manera virtual, responder "amén" con un comentario en un Facebook Live y, mucho menos, llevar a cabo las exequias fúnebres por medio de una videollamada o una reunión vía Teams. Pero el 2020 trajo retos y cambios para la iglesia, para sacerdotes y fieles, quienes tuvieron que adaptarse y de una manera u otra modificar sus métodos de congregación y celebración religiosa.
Un reto que trajo para el padre Víctor Torres muchas enseñanzas, entre ellas descubrir su pasión por la presentación, la radio y las redes sociales; él, en compañía del equipo sacerdotal, adaptaron con cámaras la iglesia, se armaron con micrófonos, fe y esperanza y lograron convertir la misa de la parroquia Espíritu Santo de la ciudad de Barranquilla en la misa más vista en plataformas digitales y transmitida en vivo en el canal Telecaribe, alcanzando un mayor número de público católico.
En el año 2008, a la edad de 16 años, el padre Víctor Torres inició su proceso de sacerdocio con dudas e incertidumbres, pero precisamente esas inquietudes lo hicieron acercarse a Dios y atender a ese llamado vocacional. Siempre ha considerado que su motivación y vocación se encuentra en la sensibilidad que tiene hacia el sufrimiento humano, ver la labor pastoral de los sacerdotes de Funza, Cundinamarca, su pueblo natal, la cercanía pastoral y acompañamiento durante el sufrimiento de las personas.
Su proceso como diocesano lo emprendió en la diócesis de Facatativá; después pasó a la Universidad Minuto de Dios, en la sede principal de Bogotá, como laico, donde conoció la comunidad de los padres eudistas y realizó sus estudios en Filosofía.
Mi vocación está en la posibilidad de acompañar a las personas en medio de las dificultades, en medio del dolor, la tristeza, la enfermedad, la muerte y la pérdida de los familiares. Recuerdo momentos en los que quería retirarme de este camino, pero estando en la clínica tuve muchos retos, porque ante la muerte de un niño, de una madre, de un padre o de un ser querido, uno se queda sin palabras, pero descubrí que el poder de la simple presencia y acompañamiento daba sentido al momento difícil que vivía la persona, esto fue lo que me llamó la atención profundamente y pude superar la crisis vocacional en el sentido de la vida religiosa y del servicio hacia el señor”, afirma Víctor.
Luego de esto trabajó en parroquias de Girardota y La Estrella, estas experiencias hicieron parte de la sabiduría que adquirió durante su proceso de formación académica como teólogo en la UPB.
Actualmente, el padre Víctor trabaja en la parroquia Espíritu Santo de la ciudad de Barranquilla. Un dato curioso es que su primer año como sacerdote ha sido en el marco de la pandemia, algo retador para el padre Víctor, vivir en una de las ciudades con más casos de positivos de Covid-19 y ocho meses en confinamiento, le dejaron experiencias que siempre recordará, como lo fue tener que dar misas de fallecimientos, casi todos los días, de manera virtual.
Aunque ha sido así durante más de 8 meses de confinamiento, el padre Víctor asegura que él no cambia las lecturas del día, pues está dentro de su política que siempre se puede encontrar en la palabra de Dios una enseñanza que se puede aplicar en el día.
Al trabajar en una parroquia de personas acomodados, como él describe a su comunidad con la se encuentra trabajando, descubrió que particularmente incluso en la riqueza se puede enseñar sobre la pobreza, pues, según él, no es rico aquel quien es pobre de esperanza.
El silencio de San José es la iniciativa pastoral, donde algunas familias “adineradas” acuden a el padre Víctor discretamente para recibir ayudas económicas, pues muchos, a pesar de vivir en un apartamento lujoso y en un estrato seis, no tienen qué comer y mediante esta labor se les brinda una ayuda alimentaria de una manera casi secreta, ya que Barranquilla es una ciudad donde el nombre y el apellido, pero sobre todo el qué dirán tienen mucha relevancia para estas comunidades.
Vive en Barranquilla, le gusta vestir de pantalón corto y llevar cruzada una mochila tejida. Le divierte un día en la playa o de una tarde de piscina, también disfruta ir a un restaurante donde sirvan un buen helado de postre, le gusta escuchar reguetón, salsa o merengue.
Probablemente al escuchar esta descripción se pueda asegurar que se trata de una persona totalmente distinta, pero no, así es el estilo del padre Víctor, aunque no es muy sobrio ahora, anteriormente él se consideraba "un viejito en el cuerpo de un joven", descubrió su rol como sacerdote joven, ha aceptado su proceso e impuso su propio estilo y manera de vivir el sacerdocio.
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Si quiere conocer un poco más del contenido en redes sociales del padre Víctor Torres puede ver los siguientes enlaces o puede seguirlo en Instagram como @pvictortorres.
Por Mayra Alejandra Bravo- Agencia de Noticia UPB
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