Agencia de Noticias UPB - Medellín. La Editorial Uniagustiniana lanzó el libro Ni calladas ni sumisas, proyecto en el que participó como coautor Mateo Quintero López, estudiante de último semestre del programa de Historia de la UPB, en conjunto con un grupo de mujeres académicas, autoras reconocidas, maestras e investigadoras.
Este libro consta de una investigación de 11 capítulos que van desde el pasado colonial (siglo XVII) hasta los finales del siglo XX, recorriendo en un amplio espectro geográfico para dar cuenta de la intransigencia femenina, en otros términos, una historia de transgresión, donde se cuenta la historia de ciertas mujeres que, en el devenir del tiempo en la historia de Colombia, pusieron en tensión el orden establecido.
"La transgresión femenina es una dinámica que continúa latente en la cotidianidad de cualquier época, causando espasmos en las dinámicas sociales, familiares, morales, culturales y, por supuesto, jurídica”, mencionó Mateo.
El recorrido histórico que se llevó a cabo en el libro Ni calladas ni sumisas da cuenta que la mujer siempre ha tenido un lado revolucionario que busca tener un grado de igualdad frente al hombre. Mateo recalcó que al observar los "corsé" culturales, sociales, morales y jurídicos que se les impusieron a las mujeres, "podemos, por fortuna, observar que hoy los logros femeninos frente a los tabúes y prejuicios han mermado notablemente. No hay libertad total, pero sí una conquista de espacios físicos y jerárquicos de nuestra cotidianidad".
Por su parte, Margarita María Restrepo Olano manifestó que “las conquistas de las mujeres son el resultado de no pocas luchas a través del tiempo, son un proceso de larga duración, como lo constata la reciente publicación Ni calladas ni sumisas. Gracias al trabajo de casi una docena de investigadores, se hizo posible conocer el lugar que han ocupado las mujeres en la historia".
En este mismo sentido, Mateo afirmó que estudiar la historia de la mujer le resultó oxigenador por dos motivos: en primer lugar, porque era una forma de darle agenciamiento a la mujer como actriz en el escenario social y, en segundo lugar, porque se convirtió en una manera distinta de acercarse a la historia para observar y analizar nuevas formas de pensar el pasado, de estudiar los relacionamientos entre actores e instituciones y, finalmente, ver cómo en cualquier siglo de la historia colombiana, la mujer no fue siempre sumisa, callada, dócil, arreglada, obediente y casta”.
Por: Mallerly Arteaga Bedoya- Agencia de noticias UPB.
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