Medellín podría mover más de 9 millones de bicicletas y motos eléctricas
Agencia de Noticias UPB - Medellín. Así lo afirmó José Valentín Restrepo, docente investigador de la UPB, sobre la puesta en marcha de Hidroituango y la capacidad de energía en la ciudad para fomentar una movilidad ecológica.
A propósito de la reducción en aranceles y las expectativas por la tendencia positiva en la venta de vehículos eléctricos, de los que se espera un repunte en circulación de motos y bicicletas, la movilidad eléctrica en dos ruedas también se piensa e investiga en la UPB.
Desde la Facultad de Ingeniería Eléctrica y con una mirada transdisciplinar, se trabaja en mejorar las condiciones para que en Colombia arranque una cultura masiva por el uso de este tipo de vehículos ecológicos.
Y no es para menos. La capacidad eléctrica actual de la ciudad, sumado a la futura puesta en marcha de Hidroituango, supondrían un aumento a 2.400 Megavatios, lo que, en palabras de José Valentín Restrepo, docente del programa de Ingeniería Electrónica, permitiría la carga a futuro de cerca de 9 millones 600 mil motos y bicicletas eléctricas en Medellín y su Área Metropolitana, tres veces su población.
En la capital antioqueña circulan en la actualidad 1 millón 200 mil vehículos, de los cuales 700 mil son motos movidas a gasolina.
Durante la próxima edición de FISE, y bajo el concepto “Smart City”, la UPB, como aliada de la organización del evento, presentará un modelo de ciudad sostenible en el que las bicicletas y las motos eléctricas también serán protagonistas.
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Motos y bicicletas eléctricas son la opción preferida en Colombia
Pensadas como un electrodoméstico más, por su facilidad de carga y por el tiempo de uso eficiente que puede durarle a una batería, las motos y bicicletas eléctricas abren paso como una opción amigable con el medio ambiente. Mientras una moto de dos tiempos puede producir 300 microgramos de carbono por metro cúbico, las emisiones perjudiciales de una eléctrica están en cero.
Algunas condiciones como precio, políticas públicas e infraestructura de las ciudades hacen que, para Restrepo, quien también es coordinador del Grupo de Investigación en Microelectrónica, se visualice un mejor panorama en la actualidad que hace diez años donde “era impensado que ese tipo de vehículos transitaran por las calles del país por su alto precio”.
Aunque en automóviles y buses la tendencia ha mostrado una reducción en el precio luego de los decretos 2658 de 2011 y el 116 de 2017 que brindan beneficios arancelarios, las bicicletas y motos eléctricas han logrado posicionarse en el mercado. Tan solo en el 2016 se lograron vender 231 motos eléctricas en el país.
La cifra, si bien genera expectativa, no logra equipararse con los cerca de 12 millones de vehículos que se mueven con combustión fósil en el país. Solo en 2016 se vendieron 520 mil motos movidas a gasolina.
En cuanto a bicicletas eléctricas, el mercado apunta a un crecimiento significativo en la compra de este tipo de vehículos llegando, a cálculos recientes, a 440 mil en todo Colombia. Sin embargo, cabe destacar que luego de la nueva regulación expedida por el Ministerio de Transporte, muchas de las consideradas bicicletas eléctricas pasaron a clasificarse como motos, lo que redistribuye las estadísticas.
Una Facultad enfática en movilidad sostenible
Para fomentar el desarrollo de una movilidad pensada para aquellos que creen en llegar a sus destinos con el mínimo impacto en el ambiente, la Facultad de Ingeniería Eléctrica junto con su Grupo de Investigación en Microelectrónica, realiza una labor de experimentación con un banco de pruebas en eficiencia del motor eléctrico y el proceso de carga y descarga de las baterías.
“Nuestros estudiantes han logrado crear sus propios prototipos, inclusive en muchos casos llegan a crear en masa para comercializar, esto les implica tener conocimiento de la batería y del motor, además de cómo mostrarle al conductor la información de cuánta carga tiene, la distancia y si tiene algún problema”, explica Valentín.
Los estudiantes y docentes investigadores hacen simulaciones de la eficiencia de las baterías para saciar una necesidad para un mercado exigente. Diez años atrás las baterías más comunes llegaban a los 50 vatios, hoy están por los 200. Restrepo quiere llegar a mejores capacidades como las tan anheladas de 400 W.
Desarrollos como una estación de carga que luego pueda instalarse en el campus de la UPB, es una de las creaciones hechas por los estudiantes de la Facultad. Ahora bien, para llegar a ese propósito, y según lo ratifica Valentín, inicialmente se atenderán demandas de carga entre los niveles 1 y 2, es decir, pensada para tiempos de carga de 1 a 2 horas en motos y bicicletas. Para el caso de vehículos, y dada la capacidad, se podría tardar 5 horas en recargarse.
Una de las metas de la Facultad, y con el apoyo de otros programas académicos que brinden soporte en el desarrollo del diseño, los materiales y los fluidos, es la creación de sus propios prototipos a 2020, una meta ambiciosa pero que es posible según Restrepo por la experimentación con el carro eléctrico de referencia Chevrolet Volt con el que cuentan en la actualidad.
El emprendimiento también es uno de los propósitos de la Facultad. Estudiantes de los programas de Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Electrónica han apostado por la creación de empresas dedicadas a la fabricación y comercialización de prototipos. Este nicho de mercado espera un incremento en ventas para los próximos cinco años, por eso la apuesta en la UPB.
Aunque lamenta que en las construcciones aún no se conciba la instalación de infraestructura para cargar exclusivamente motos, bicicletas y carros eléctricos, Valentín resalta la cultura que ha surgido por la movilidad sostenible en la ciudad y la ruptura con algunos mitos que se han alojado en el ciudadano de a pie: “Una moto o una bicicleta con motor eléctrico tienen más potencia de arranque en subida que uno por combustión. Es errado pensar que los vehículos eléctricos no están hechos para las laderas de Medellín”.
Por Jorge Andrés Jaramillo - Agencia de Noticias UPB
