Agencia de Noticias UPB - Medellín. Inaugurada el 14 de febrero de 1951, la Facultad de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Pontificia Bolivariana puso en marcha el que sería el primer programa académico de la región dedicado al estudio de esta área del conocimiento en el país.
Desde entonces, la Universidad se ha mantenido en el propósito de adquirir equipos novedosos y adecuar espacios propicios para el estudio de la ingeniería eléctrica. De allí que el laboratorio de máquinas eléctricas sea considerado uno de los más importantes del país y haya servido como modelo para la construcción de otros laboratorios, como el de la Universidad del Valle y la Universidad de Antioquia.
Para Andrés Emiro Díez, docente investigador de dicha facultad, otra de las razones que conllevan a tener un laboratorio de máquinas bien equipado es que Antioquia es una región que, históricamente, ha liderado el desarrollo hidroeléctrico del país.
El campus de Laureles también cuenta con un laboratorio de electrónica de potencia, en el cual se hace el montaje de los convertidores modernos que permiten regular la energía que va a los vehículos eléctricos y también la que se recibe de ellos.
Dicho fenómeno es exclusivo de los sistemas de movilidad eléctrica, donde los vehículos cuentan con una propiedad llamada ‘frenado regenerativo’ que les permite acumular energía en forma de movimiento para luego regresarla a su fuente de alimentación.
Para el docente, que también destaca otros laboratorios transversales a la ingeniería eléctrica y que pueden resultar complementarios, como el de alta tensión, el de circuitos eléctricos y el de microelectrónica, “las herramientas que tiene la universidad para el estudio de la movilidad eléctrica son importantísimas”.
Además del Metro, con el que se desarrolló un sistema de ultracapacitores para el almacenamiento de energía rápida -que está en proceso de patente-, los laboratorios de ingeniería eléctrica se han puesto al servicio de Metroplús para la elaboración de las pruebas a un bus de tracción eléctrica con ultracapacitor y de Codensa Bogotá, con el cual se realizaron estudios de factibilidad para electrificar los buses del sistema Transmilenio.
Según Andrés, estas investigaciones permiten a la universidad aportar de forma significativa a la planeación de ciudad, en tanto se vuelven a tener en consideración los sistemas de transporte que utilizan energía eléctrica. “En cierto momento de la historia se habían descartado. La planeación solo concebía buses con diésel y después buses con gas. Ahora se empiezan a hacer planes utilizando sistemas de tranvías, de trenes y de buses eléctricos”, afirma Díez.
El docente destaca, además, el impacto positivo que ha tenido la construcción del nuevo bloque de laboratorios en la productividad de su trabajo y el de sus colegas científicos. “Ahora podemos reunirnos en espacios adecuados con los funcionarios de las empresas y ellos, al ver que hay equipos apropiados, tienen más confianza y más seguridad frente a lo que puede ofrecerles la universidad”, puntualiza.
Como aporte a la investigación que adelanta la universidad desde múltiples frentes en relación con la movilidad eléctrica, opera en el campus de Laureles la primera Micro-Red Inteligente de su naturaleza en Colombia, un laboratorio vivo de resiliencia, eficiencia y sostenibilidad energética: El UPB Smart City Lab. En este laboratorio a escala de universidad, la movilidad eléctrica se constituye en un subproyecto en el que se incluyen estudios del desempeño de carros, motos y bicicletas eléctricas, todo monitoreado y gestionado desde un centro de control.
Por Esteban Arango Escobar - Agencia de Noticias UPB
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