Frente a la acuaponía, el docente explica que esta es “una técnica de producción de alimentos que combina la hidroponía y la acuicultura; a su vez es una técnica de cultivo de alimentos sin sustrato, es decir, sin tierra; generalmente puede ser sobre agua o sobre un sustrato que sostiene las plantas y tiene la ventaja de que se puede cultivar sobre cualquier superficie ya sean piedras, agua, espuma o incluso una técnica llamada aeroponía, que es como en el aire”.
Mediante esta técnica se suministran los nutrientes que la planta necesita para poder crecer, así las que se cultivan pueden ser consideradas orgánicas porque no necesitan de pesticidas o agroquímicos, procesos que las personas evitan a la hora de elegir alimentos para su consumo.
Así mismo, dentro del proyecto se utiliza la técnica de acuicultura, entendida como el cultivo de peces en estanque, en la cual puede presentarse una dificultad para cultivar los peces que es la gran cantidad de agua que se usa para mantener el hábitat saludable, por lo que esta técnica se combina con la hidroponía.
Al consumir los alimentos los peces producen residuos que ensucian el agua, desde el proyecto lo que se busca es aprovechar el agua sucia resultante de su cultivo y entregársela a las plantas como forma de alimento; como lo explica el docente César Alejandro “esos contaminantes que quedan en el agua se pueden transformar en el sustrato del que crecen las plantas para convertir los nitratos en nitritos, que son parte de los nutrientes que necesitan las plantas para crecer”.
Las plantas facilitan la limpieza del agua para volverla a retornar a los peces, lo que pretende prevenir el consumo excesivo de agua en el proceso de acuicultura y al mismo tiempo evita tener que estar suministrando nutrientes a las plantas para su crecimiento, lo que deriva en una colaboración mutua entre peces y plantas.
Para César Alejandro lo interesante de este método es que no solamente garantiza que los alimentos sean orgánicos, sino que también puede producirse en sitios relativamente pequeños o con poco espacio para el cultivo; permite una producción local, por lo que se evita el transporte de alimentos en largas distancias y se cuenta con alimentos frescos que se pueden obtener fácil y rápidamente en el proceso.
La utilización de esta técnica en sistemas acuapónicos podría llegar a ser una solución en zonas donde se cuente con escasez de alimentos, mala nutrición y contaminación de las aguas.
El docente en el momento de iniciar el proyecto, en el primer semestre del 2018, se encontraba dictando el curso Taller Integrativo Hábitat Sostenible, donde querían darle una solución o vivienda productiva a una comunidad en el corregimiento de La Danta; esto en conjunto con las facultades de Arquitectura y Diseño Industrial, por lo que alrededor de 12 estudiantes de Ingeniería Mecánica participaron en el diseño de un sistema acuapónico, que se está terminando de construir a una escala real.
En cuanto a la sostenibilidad del proyecto, este reduce entre un 80 o 90 % el consumo de agua de un sistema acuícola, así como el uso de tierra para el cultivo de las plantas; igualmente aminora el gasto de energía utilizado para almacenar los alimentos o transportarlos cuando su lugar de producción queda retirado del lugar de consumo. Los materiales en este caso son estanques que resultan de otros procesos y se reutilizan en los sistemas acuapónicos, por lo que se da una economía circular, la reutilización de productos y la minimización del consumo de materiales nuevos.
César Alejandro Isaza enfatizó sobre la dificultad que presenta el sistema: necesita de mucha atención, ya que debe de vigilarse que los peces consuman el alimento, que el agua esté en óptimas condiciones y no permita que estos se enfermen o mueran por condiciones inadecuadas. Con el apoyo de otros docentes están tratando de desarrollar sistemas de control y monitoreo que permitan que estos procesos de revisión sean automáticos.
El proyecto ya pasó a la etapa de operación y está ubicado en este momento en la Casa Hábitat Sostenible cerca al Bloque 7 cercano a las canchas de fútbol, allí se encuentra un hábitat a escala de laboratorio. Lo que se busca a futuro con el proyecto es poder llevarlo finalmente al corregimiento de La Danta de la mano del proyecto del Taller Integrativo Hábitat Sostenible.
Por. Melissa Jaramillo Sierra – Agencia de Noticias UPB
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