FOLU: la ruta a la transformación del agro antioqueño
Agencia de Noticias UPB - Medellín. Esta hoja de ruta plantea alternativas que contribuyan al mejoramiento del sector alimentario y el uso del suelo en el departamento de Antioquia. Desde la gobernación se presentó este documento colaborativo.
La Hoja de Ruta FOLU (Food and Land Use, por sus siglas en inglés) es un documento que surge del esfuerzo conjunto entre el sector público y el sector privado por generar mejores condiciones dentro de la industria alimentaria y agropecuaria en Antioquia.
La presentación de la hoja de ruta contó en primer momento con la intervención Agnes Kalibata, presidenta de la Alianza para la Revolución Verde en África, quien destacó el enfoque de la hoja en cuanto al buen uso del suelo. Cerró su intervención afirmando que esta problemática es “sobre la gente y amerita soluciones”.
La Hoja de Ruta de FOLU para Antioquia es la segunda que se presenta en Colombia después de la del departamento del Quindío. Tras un año de trabajo mancomunado entre el sector público, el sector privado y la academia, el diagnóstico de FOLU en Antioquia arrojó que en cuestión de contextos sociales, institucionales, económicos y ambientales el departamento presenta un gran potencial para la transformación de los sistemas alimentarios.
No obstante, Claudia Martínez, directora de FOLU Colombia, expuso que a pesar de la importancia que tiene Antioquia en el ámbito nacional en cuestión de producción de recursos agrícolas, todavía queda un largo camino por recorrer para la lograr que el sector agroindustrial cuente con un modelo eficiente. Destacó que dentro del diagnóstico se encontraron fallas que van desde el costo ambiental que tienen los sistemas alimentarios hasta la variedad nutricional con la que cuentan las familias antioqueñas.
Según el diagnóstico el 60.6 % de los suelos antioqueños se encuentran bajo categoría de erosión, lo que genera vulnerabilidad frente al cambio climático. También destaca el hecho de que, a pesar de la riqueza hídrica de algunas zonas del departamento, otras regiones como Bajo Cauca, Nordeste y Norte no cuentan con agua potable.
En el ámbito económico y social esta investigación expone que el 52 % de la Unidades Productivas Agropecuarias destacan por ser proyectos con poca tecnificación y mano de obra familiar, lo que se traduce en un 90 % de informalidad en el campo antioqueño según cifras del Dane en 2016. Además, destaca el hecho de que el 64 % de los alimentos que se consumen en Antioquia provienen de otros departamentos y otro 10% desde otros países.
La visión de la hoja de ruta estipula que las acciones para el mejoramiento del sector alimentario y el buen uso del suelo en Antioquia se deben dar en los próximos 10 años. Para 2030 se prevé que el departamento “haya transformado los sistemas de alimentación y uso del suelo en potentes motores de desarrollo y equidad, incrementando la productividad agropecuaria de manera regenerativa, conservando y restaurando los ecosistemas, uniendo productores y consumidores con mercados innovadores y asegurando alimentos sanos y saludables para el bienestar de los antioqueños”.
UPB en la transformación
La Facultad de Ingeniería Agroindustrial está estrechamente ligada con varios de los puntos que busca reformar la hoja de ruta. Con la participación de Andrés Felipe Mesa, Diana Giraldo Ramírez, Lina María Vélez Acosta y Juan Carlos Palacio, director de la facultad, la universidad hizo parte de los talleres en los que se conformaron las acciones a realizar de los ejes de Mercados y emprendimientos conscientes y con propósito y Comida sana y saludable con menos pérdida y desperdicio de alimentos.
Para Juan Carlos Palacio, desde el diseño del currículo académico, de la Facultad de Ingeniería Agroindustrial se incentiva a los estudiantes a trabajar en aras de ser ingenieros capacitados para cumplir con los retos que propone la hoja de ruta y aportar al desarrollo de este campo en los próximos diez años.
En la facultad la idea es seguir apostando y contribuyendo al desarrollo de la hoja de ruta con un aporte especializados en tres de los cuatro ejes estratégicos gracias a la fortaleza del programa en temas de transformación y conservación. Además, es una oportunidad a escala regional de hacer cambios significativos y regenerativos en toda la escala de producción alimenticia.
“Es volver la mirada a esa Antioquia preocupada por el cambio climático, por el uso de la tierra y los recursos, incluso por la equidad de la mujer rural. Entonces creo que es una apuesta muy importante para que el departamento de un salto a mirar en el futuro, sobre todo por la sostenibilidad y la conservación de todos los sistemas y para que haya una mejor vida para las personas que vienen”, concluye el director.
Daniel Uribe Uribe - Agencia de Noticias UPB
