Agencia de Noticias UPB – Medellín. En el tercer día de Escuela de Verano 2020, siendo las Nuevas Narrativas el eje principal, la UPB recibió de nuevo al filósofo francés Gilles Lipovesky con su conferencia magistral titulada Culto del presente y exigencias del futuro. Esta ponencia fue el comienzo de una jornada dedicada al amor, una de las dimensiones de la acción humana que trató este evento académico.
De manera virtual, el profesor Gilles Lipovesky expresó sus opiniones y reflexiones entorno a las complejidades de la posmodernidad y el transcurrir del tiempo.
Para introducir a la audiencia sobre el culto del presente y exigencias del futuro, el filósofo francés retomó su discurso a varios siglos atrás en la historia, exponiendo que las sociedades se construyeron sobre la dominación de la tradición sin excepciones.
Todo esto conllevó a que el hombre no tuviera un reconocimiento de la autonomía individual ni del poder de la sociedad. Sin embargo, este modelo, según el filósofo, no funciona actualmente ya que, desde el siglo XVIII, el hombre se empezó a construir a través de un cambio del orden temporal: la modernidad.
Para Lipovesky, esta modernidad tiene que ver con el futuro. Y esta acción de revelarse contra las tradiciones tiene un peso histórico sobre olvidar los vestigios del pasado que son considerados como opresores o un obstáculo a la emancipación humana. Ahora bien, Lipovesky destacó que actualmente ya no es la modernidad la que controla al hombre, sino la hipermodernidad, una terminología que acuñó el filósofo francés para determinar la nueva construcción del hombre en torno al presente.
Esta nueva era se caracteriza por señalar al hombre como un sujeto que se obsesiona por el presente y que rodea todas sus actividades cotidianas en el ahora. Tras este gran espectro, Lipovesky desarrolló tres conceptos para describir y sustentar la hipermodernidad: el hipercapitalismo, el hiperindividualismo y el hiperconsumo.
Lipovesky desarrolló el hipercapitalismo como un nuevo ciclo de funcionamiento que se caracteriza por anular los antiguos controles económicos, convirtiendo al liberalismo y la privatización del mercado como la nueva ley planetaria, donde mientras más crece el sector financiero y bancario, más se reduce el poder del Estado.
A pesar de las creencias sobre los aportes significativos de este sistema al crecimiento, la felicidad y la reducción de pobreza, el filósofo francés aseguró que esto en realidad trae como resultado la acentuación de la precariedad, la incertidumbre del mañana, el desempleo, la crisis del Estado, la degradación de la condición salarial y la acentuación de desigualdades sociales.
Esta nueva revolución está centrada en el presente porque, según Gilles, el hombre rompió con todas las tradiciones que le impedían emanciparse individualmente como lo era la familia o la religión.
El presente se evidencia, entonces, en el anhelo de vivir en función de los propios deseos.
Las consecuencias del hiperindividualismo se presentan en la desorientación, malestar e inseguridad de la existencia. Lipovesky explicó que para muchos esto tal vez no era un problema porque viven con eso, pero para otros puede generar una desestabilización de la identidad, generando las bases de movimientos extremistas.
Por último, Gilles trató el tema del hiperconsumo con la lógica de la economía de moda. Esta economía de moda plantea que el individuo compra, literalmente, lo que está de moda, entendiendo este término como cualquier bien o servicio que es tendencia y cambia constantemente. La moda, según el filósofo, solo conoce el presente. “Entonces esta lógica del hiperconsumo se concretiza en el hecho de que hoy consumamos en todas partes, en todos los lugares y a todas horas”.
Se puede ver reflejado el hiperconsumo a través de los canales streaming o los servicios de compras por internet ya que sus premisas son: vea y compre lo que quiera, cuando quiera y donde quiera.
No hay necesidad de esperar a que sea de día y abran las tiendas porque cualquier persona puede ver su serie favorita o comprar un utensilio de cocina por internet a las 3 de la mañana en un carro desde su celular; en el hiperconsumo ya no hay que pensar en el espacio o el tiempo porque todo está bajo la lógica del presente. Otra cuestión del hiperconsumo es la comercialización de la vida cotidiana: acciones como correr o hablar, que son en esencia gratis, ahora se comercializan a través de paquetes de datos o gimnasios.
Para finalizar su ponencia, Gilles Lipovesky concluyó que el camino de la época del presente no invita a ser optimista, ya que los fenómenos que trae la hipermodernidad conllevan a problemas como las ilegalidades sociales, las crisis de terrorismo o los desafíos ecológicos, siendo este último el más preocupante para el filósofo.
Aquí Lipovesky planteó que la mejor solución no es cambiar el comportamiento del consumidor, ya que aquellas pequeñas acciones como no comer carne, intercambiar carro por bicicleta y demás son positivas pero ingenuas, según Gilles.
Él apuntó a que la salvación no está en la virtud ni en la moral, sino en la innovación: poner la inteligencia y la razón humana en beneficio del equilibrio ecológico y la tecnología. Por esto, Lipovesky promueve de gran manera la sociedad 5.0 con la condición de que no sea algo en contra de la humanidad, sino a favor de generar en las personas una capacidad de reflexión crítica frente a la vida de la mano con una buena educación con énfasis en la cultura, las humanidades y la formación artística.
Por Laura Gómez Londoño. Agencia de Noticias UPB.
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