Agencia de Noticias UPB-Medellín. El departamento de Antioquia es reconocido por su variedad de paisajes demográficos que se alternan entre montañas, páramos, valles y playas. Urabá, la subregión antioqueña que en lengua katía significa 'La tierra prometida', se encuentra rodeada por el mar Caribe, que cada día golpea la zona costera con rítmicas oleadas.
Desde hace cuatro décadas, los 498 kilómetros de playas antioqueñas enfrentan el incremento de un fenómeno de desbalance sedimentario conocido como erosión costera, que consume, literalmente, su territorio. Conociendo la problemática y entendiendo las implicaciones que tiene de manera económica, social y ambiental, César Salazar, docente investigador de la Facultad de Arquitectura y estudiante del doctorado en Ciencias del Mar de la U. de A, ha liderado desde hace 5 años un proceso de acercamiento desde la Facultad de Arquitectura de la UPB a las zonas costeras de Urabá, en un trabajo articulado entre docencia e investigación, para analizar el espectro que rodea la problemática y entender los factores que intervienen.
“En el 2018 el CUEES de Urabá (Comité Universidad Empresa Estado Sociedad) señaló la importancia de que una Facultad de Arquitectura se acercara a la región para contribuir en la orientación de los procesos de crecimiento, promovidos por la modernización portuaria, y proponer escenarios de adaptación al cambio climático, derivado de la erosión costera”, agregó César Salazar
Trabajo de la Facultad de Arquitectura UPB
El problema de erosión costera ha provocado en la región que viviendas, terrenos y construcciones junto al litoral costero desaparezcan, afectando el turismo y generando una incertidumbre en términos de inversión.
Es por esto que, aunque desde el 2018 el docente César Salazar ha indagado y estudiado la problemática, junto a otros profesores y estudiante de pregrado y de la maestría en Diseño del Paisaje, en 2022, junto al docente de la Facultad de Arquitectura Felipe Lalinde, Ingeniero civil y PhD, propusieron un curso de investigación llamado Paisaje Costero y Tecnologías Adaptativas al Cambio Climático. Este ejercicio académico-investigativo ha contado con la asesoría del el grupo de investigadores del Laboratorio Costero de la U. de A, para hacer un abordaje a los lugares críticos en Arboletes, San Juan de Urabá, Necoclí y en la playa La Martina en Turbo, con la finalidad de realizar labores de monitoreo y tratar de entender el fenómeno desde un trabajo investigativo multidisciplinar.
“Esta experiencia investigativa para los estudiantes de la UPB es única desde el punto de vista académico, pues tienen la posibilidad de acercarse al territorio y cuando se hace un acercamiento al territorio, no solo se conoce la teoría de la problemática, sino que se comprenden todos los factores de la región. Con este curso ellos entienden que las comunidades están tratando de sobrevivir en un territorio que habitan hace años y que gracias a esta problemática están sufriendo una presión desde muchos frentes. Entonces esto les cambia completamente la perspectiva de las posibles soluciones que pueden ofrecer desde el trabajo investigativo” Vladimir Toro, oceanógrafo físico e investigador de la U. de A.
Los estudiantes, en acompañamiento constante con los docentes e investigadores, han trabajado de mano con las comunidades desde la aplicación de instrumentos de investigación participativa como encuestas, entrevistas y talleres con líderes comunitarios para comprender las implicaciones en relación al impacto social. La última experiencia tuvo lugar en el mes de marzo, donde, después de un ejercicio de contexto y acercamiento al territorio, 13 estudiantes del curso de investigación pudieron recolectar y apoyar labores investigativas de mano de las comunidades de las zonas afectadas.
“Algo que me gustó mucho de este viaje, fue comprender la importancia del diálogo. Teníamos las premisas teóricas, pero el acercamiento a las comunidades nos permitió comprender estos conocimientos empíricos y entender la situación que están pasando, lo que fue muy útil para poder encaminar la investigación. Además, la relación con profesionales de otras disciplinas también ayudó a que pudieramos tener una visión más amplia de la situación”, añadió Ana Isabel Restrepo, estudiante del curso de Paisaje Costero y Tecnologías Adaptativas al Cambio Climático de la UPB.
Por el momento, la Universidad Pontificia Bolivariana ha trabajo desde la arquitectura, el urbanismo y el paisaje, pero buscando retomar conceptos de otras disciplinas para entender el fenómeno en un sentido complementario, por lo que el proceso se ha orientado hacia un trabajo mancomunado con distintas instituciones universitarias como la Universidad de Antioquia y la Universidad del Estado de Santa Catarina, en Brasil.
“Lo que buscamos con estos proyectos en la región es una integración con la comunidad académica que permita generar herramientas de estudio y poner los conocimientos que aporten al servicio de los municipios para sus actualizaciones de ordenamiento territorial, la la toma decisiones de intervención y la generación de posibles soluciones. Además, este trabajo conjunto permite incluir este escenario de riesgo en los planes de atención y respuesta a emergencias” añadió Jaime Enrique Gómez, director del DAGRAN
Causas de la problemática
Urabá es comprendida como un territorio fundamental para las trasformaciones que se han presentado en Antioquia en los procesos de renovación en operaciones de exportación, que permiten promover la competitividad económica de la región y el departamento. Sin embargo, la problemática de erosión ha sido de gran preocupación al ser una posible causa de retrocesos económicos y socioambientales.
“En el departamento se empieza a evidenciar un incremento de la problemática a mediados del año 2020, por lo que inicia el Programa Integral para el Monitoreo y Mitigación de la erosión Costera en el Litoral Antioqueño para estudiar y proponer posibles soluciones basadas en la naturaleza, desde la integración y cooperación de la academia” agregó Jaime Enrique Gómez, director del DAGRAN.
Y es que, aunque la erosión costera se presenta por causas naturales, tales como el aumento del nivel del mar, el choque de las olas y cambios en el ecosistema, lo cierto es que su incremento también puede deberse a factores antrópicos, en los que es la intervención humana es causante del desbalance ecosistémico que afecta a los mecanismos naturales de recuperación, lo que genera consecuencias como las que se presentan en la zona costera del Urabá, en la que cada año se pierden aproximadamente 20 metros de playa por lo que ha originado un problema desplazamiento de los habitantes de las zonas costeras hacia el interior.
Según Cesar Salazar, en la subregión de Urabá el incremento de la problemática se agudizó en algunos sectores por intervenciones realizadas a inicios del año 2000, en la zona norte del litoral costero, cuando se construyeron espolones de contención que pretendían mitigar la erosión, pero al no tener un análisis previo del contexto ni una consideración de los factores a intervenir, se generó un desbalance sedirmentario mucho mayor al sur de estas infraestructuras.
“La tasa de erosión ha tenido un incremento significativo en las últimas décadas, afectando especialmente los 145 kilómetros de la rivera entre los municipios de Arboletes y Turbo, lo que ha provocado que algunas comunidades que se encuentran en estas zonas hayan tenido que ser reubicadas o no puedan continuar con las actividades económicas de las que dependían”, agregó el docente.
En busca de soluciones
Vladimir Toro, líder del laboratorio costero de la U. de A resalta la importancia de continuar con un trabajo colaborativo entre universidades “La idea es que desde la cooperación de las universidades sigamos pensando en cómo planificar el territorio costero, qué elementos tener en cuentas en términos de cambio climático y qué soluciones de adaptación se le pueden ofrecer a las comunidades. Además, esto también demuestra que la UPB le apuesta a algo que pocas universidades localizadas al interior del país han hecho y es darle una mirada al mar de Antioquia, que es un departamento costero con 512 km de línea de costa”.
Además, desde los cursos de investigación de la UPB, se está trabajando en la sistematización de la información, para analizar y concluir los trabajos monográficos que adelantan los estudiantes. Y así, a futuro plantear posibles líneas de acción que permitan entender cómo funcionan los factores climáticos, bióticos y abióticos, para el desarrollo de lo que se conoce como “soluciones basadas en la naturaleza”, trabajando desde la lógica del ambiente para reducir la tasa de erosión y encontrar alternativas para recuperarparte de lo que se ha perdido y encauzar los procesos de ocupación y uso del litoral costero antioqueño.
Por: Yessica Pérez Gómez - Agencia de Noticias UPB.
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