Premio al Largometraje Iberoamericano Documental: El segundo entierro de Alejandrino

Disponible en:Medellín21 ene. 2021

Agencia de Noticias UPB – Medellín. El documental colombiano “El segundo entierro de Alejandrino” de Raúl Soto Rodríguez y producido por Yira Plaza O’Byrne, recibió el premio especial del jurado “Mayahuel” en la categoría largometraje Iberoamericano documental en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara en su versión número 35, el cual tiene un alto reconocimiento dentro del documental Iberoamericano.

Raúl Soto es estudiante de la Maestría en Cine Documental de la UPB y uno de los beneficiarios de la beca para la formación especializada por parte del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico y la UPB.

Estoy estudiando lo que más me gusta, lo que más me apasiona, me parece un sueño… La maestría de la UPB se ubica en el documental contemporáneo, estudia muy afondo lo que es el documental latinoamericano, hace relación con el documental en Colombia, el moderno, muestra nuevas formas de no ficción, no tiene barreras, estudia cada obra muy particular, muy profunda, tiene los mejores recursos de profesores de planta, profesores internacionales. Me siento en casa, feliz, acogido, me siento más tranquilo para hacer muchas cosas, más concentrado y empieza a tener más sentido mi trabajo”, expresó Raúl.

 
El segundo entierro de Alejandrino - Teresa Bailarín

Este documental relata la historia de Alejandrino Carupia, el chamán más importante del resguardo Indígena de Andabú, ubicado en la selva tropical en Urrao, Antioquia, quien después de cuatro años de estar enterrado, le pide en sueños a su esposa, Teresa Bailarín, un nuevo entierro. Teresa está decidida a cumplir el deseo de Alejandrino por lo que resuelve desenterrarlo, su sorpresa fue mayor cuando encontró el cadáver de su esposo momificado.

“El segundo entierro de Alejandrino es un documental que tiene la particularidad de estar cobijado por un impresionante suceso que hace que todo en uno se estremezca. Sin embargo, trabajamos para ir más allá de lo que fue la anécdota y buscamos que nos cautivaran las sensaciones que despierta el significado que tiene la muerte en las comunidades de origen y en nosotros mismos. Es una memoria auténtica de lo que somos los antioqueños o esa parte indígena que somos los antioqueños… es muy valiosa”, comentó Raúl Soto.

La idea de realizar el documental surgió porque la historia le fue contada a Raúl y a su equipo, esa historia les pareció muy relevante, la estudiaron y la convirtieron en un proyecto cinematográfico. Ese proyecto lo presentaron para participar en el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico en el 2017, el cual fue ganador de un estímulo por 60 millones de pesos para el corto documental, que luego se convirtió en un largometraje documental.

 
Urrao - Antioquia

Mientras llegaba el estímulo, Raúl y su equipo comenzaron a realizar la película con sus propios recursos, cuenta él entre risas que, entre sus amigos y las personas más allegadas, realizaron una “vaca” para comenzar a producirla y patrocinarla. Él recuerda que entre todos lograron recolectar 18.000.000 millones de pesos. “Con ese dinero se realizó la ejecución del proyecto, debiéndole el salario a todos”.

Fue así, como 3 personas, camarógrafo, sonidista y el director se prepararon para un viaje duro de hamacas, con 18 mulas, desde Urrao Antioquia, caminando por toda la selva hasta llegar a la población el Portón, donde se encontraba Teresita y su esposo, siguiendo los pasos de Joselito Carupia, Jaibaná Emberá, quien los acompañó en todo el proceso de llevar a Alejandrino a su segundo entierro.

 
Joselito Carupia - Jaibaná Emberá

“Joselito Carupia es una de las personas más importantes del documental, él es el mentor, la persona que lleva la historia al palpito contigo, el que nos ayudó a reinterpretar esa realidad… Entendí con Alejandrino que hay que escuchar un poco más la realidad de los personajes, eso fue para mí algo fascinante”, explicó emocionado el director.

Luego de realizar todas las grabaciones hicieron un primer corte de toda la historia, con el que se presentaron y viajaron a diversos festivales de cine a recoger información, impresiones, sugerencias de expertos que fueron importantes a la hora del montaje final del documental.

El primer paso que dieron con “El segundo entierro de Alejandrino” fue en 2018 cuando fueron seleccionados para el Work in progress (WIP) en Chiledoc - Conecta, en el cual se acude para cerrar acuerdos de distribución, establecer contactos con festivales o construir redes para la distribución internacional de sus obras.

Para el 2019, el documental también fue seleccionado para Work in progress Infrarrojo Documental del Festival Internacional de Cine de Cartagena, donde recibieron el Premio WIP de Infrarojo Documental Cinecolor- Colombia y LAPOST Estudio en Puerto FICCI del 59 Festival Internacional de Cartagena de Indias, 2019, que representa la postproducción de cine color y por parte de LAPOST la realización del tráiler

Ese mismo año fueron seleccionados para el Doculab 11 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, que tiene como objetivo impulsar el desarrollo de los realizadores iberoamericanos y sus películas en etapa de edición, desde el análisis profundo y la discusión con expertos en el género, siendo un espacio formativo para el género de no-ficción de Iberoamérica. La participación en este festival les otorgó el Premio WIP Cinecolor-México del Doculab.11 Construye, en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, 34 FICG 2019, para la postproducción de imagen y la producción de audio para salas de cine.

 
El segundo entierro de Alejandrino - Documental Colombiano

Finalmente, “El segundo entierro de Alejandrino” fue estrenado en el Teatro Adolfo Mejía, más conocido como el Teatro Heredia en el Festival Internacional de Cartagena de Indias 2020 en su versión número 60, justo un día antes de cancelarse el festival por la llegada de la pandemia. Se espera que el documental llegue a las salas de cine del país en el 2021.

“Lo que logramos ver en El segundo entierro de Alejandrino es algo muy bonito, porque hace memoria de un suceso, no fue que yo buscara o yo dijera venga póngase a actuar; ellos me confiaron estar ahí un rato y me encantó estar”, finalizó Raúl Soto Rodriguez.

Por Alejandra Castro Díaz, Agencia de Noticias UPB - Medellín.

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