“El hiperconsumo no hace perder el potencial humano”: Lipovetsky

Disponible en:Medellín23 ago. 2017

 

 
Gilles Lipovetsky en la UPB.

Gilles Lipovetsky en la UPB.

Agencia de Noticias UPB - Medellín. A propósito de la visita académica del filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky a la UPB, la Agencia de Noticias de la UPB dialogó con él sobre el rol de la educación frente al escenario de hiperconsumo y la humanidad del consumidor.

 

Vivimos en una sociedad de la información ¿por qué el individuo consume más si conoce las consecuencias de ese frenesí consumista?

Gilles Lipovetsky: Hay una separación entre las consecuencias que puede haber en lo que concierne a la propia vida, por ejemplo, yo puedo saber que compro objetos malos para el medio ambiente, pero son más baratos que los que sí lo cuidan. El consumidor no es un hombre moral, es un ser que en filosofía es utilitario, busca su interés, su felicidad, y su placer. Él sabe que tomar el carro no es bueno, pero lo usa ¡lástima! (expresión de decepción). Hay consumidores que tienen gran conciencia, pero la mayoría critican a los demás, pero no lo hacen mirándose a sí mismos.

 

El debate sobre la cultura de masas y la pérdida de la noción histórica en las nuevas generaciones es muy recurrente, sin embargo, y tal como usted lo expone en lo paradójico de la postmodernidad, no hay reflexión trascendente ¿en qué está fallando la academia?

GL: La escuela falla sobre el plano fundamental porque en los países desarrollados (no conozco las cifras para Colombia) hay entre 10 y 15 % de jóvenes que salen de la escuela sin saber leer; ellos leen, pero no comprenden lo que leen, es un fracaso total, muy grave, porque son gente que no tiene lugar en la sociedad, para mí es un escándalo que no adquieran esa competencia en 10 años de escolaridad.

Pero creo que la escuela no es un fracaso porque se aprenden muchas cosas allí, por eso no se puede convertir en una “escuela del placer”, el placer está bien pero no en todo. Aprender es difícil, exijo y pido el ejercicio de la disciplina y volver la mirada sobre esto. Pienso en que abandonamos mucho a los profesores, son menos respetados, ellos dan mucho de sí, aman su trabajo, son consagrados, pero la sociedad no los valora y mucho menos les dan las condiciones para que progresen como profesionales.

La escuela del mañana debe invertir mucho en la formación de los profesores, desde hace 50 años se hace mucho esfuerzo en los alumnos. He sido consejero pedagógico, hay muchos jóvenes profesores con voluntad, pero son incapaces de interesar a los alumnos, y si un profesor no logra esto no logra nada. Hay un enorme trabajo que no es mecánico, es difícil, que es más empírico que teórico para transformar la relación, con su disciplina y con sus estudiantes.

Usted habla que todo, o por lo menos la mayoría de los modos de vida actual están inmersos en un hiperconsumo, ¿la educación también está mercantilizada?

GL: Es un riesgo en el régimen neoliberal porque muchos estudiantes se quedan sin la posibilidad de estudiar, contrario a países como los de Norteamérica donde los padres están dispuestos a pagar mucho dinero por la educación de sus hijos. En muchos países, a pesar de todo, muchos jóvenes no pueden acceder y quedan por fuera porque el mercado gana espacio.

La gente más pobre necesita salir adelante y solo lo pueden lograr educándose, es un desafío del siglo y por eso es necesario que las aulas estén abiertas a todos".

 

¿Cuándo el hombre pierde su humanidad?

GL: Es un tema clásico en 50 años que se llama la alienación. El hombre no consume lo que quiere sino lo que le impone el mercado, así él piense que no está inmerso en esa dinámica. Puede haber casos extremos como los compradores compulsivos. Hay una verdadera desposesión de la gente que se queda 8 horas en la tv, ellos no pierden la humanidad.

El consumo empobrece el potencial de los hombres porque el ser humano no es solamente un consumidor, entonces hay un riesgo con ciertos adolescentes que son metidos en sus juegos de video, no puedo coger el caso por la ley general. La gente continúa disfrutando y gozando, condenan lo condenable, el consumo no hace perder la humanidad, es necesario parar el cliché de que ahora los consumidores se volvieron egoístas. La gente no era mejor antes, hay mucha gente que sigue haciendo el bien a los otros. El hiperconsumo produce consecuencias y problemas pero no hace perder el potencial humano.

Por Jorge Andrés Jaramillo - Agencia de Noticias UPB

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