Agencia de Noticias UPB – Medellín. El Dr. José Mauricio Hernández, médico, antropólogo y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Pontificia Bolivariana, doctor en Microbiología, ha sido destacado por ser el promotor de las brigadas de la salud realizadas en África y Chocó, Colombia y ser cofundador del grupo Piraguas, grupo que lidera con la profesora Lina María Martínez y que realizan actividades de proyección social junto con los estudiantes de la Facultad de Medicina de la UPB.
Pese a que cruzó el Atlántico hasta el lado este de África, el Dr. Hernández ha hecho muchísimo más, no solo por la medicina, sino también por lo humano, solo con la motivación de ayudar a quienes más lo necesitan.
Es fácil de reconocer, tiene una mirada amable y cordial detrás de sus lentes. Está siempre dispuesto a ayudar en lo que pueda. En sus muñecas lleva manillas de sus múltiples viajes y aventuras alrededor del mundo y, al entrar en las oficinas de la Facultad de Medicina, en el bloque 11 del EcoCampus Laureles de la UPB, se puede ver su oficina al fondo, reconocible porque su escritorio está lleno de suvenires y regalos de los lugares donde ha estado. Sin embargo, los recuerdos más valiosos los lleva en su gran corazón.
Oriundo de Bucaramanga, Santander, el Dr. Mauricio estudió medicina en la Universidad Militar de Bogotá y egresó en el año 1995. Antes de graduarse, jamás pensó que su camino tomaría un rumbo diferente del que pensaba.
Realizó su rural en el municipio de Bagadó, Chocó. Municipio a las orillas del río Andágueda, el cual es el único medio por el cual se puede llegar al municipio. En principio, solo estaría 6 meses cumpliendo con el rural; sin embargo, se cruzó con la realidad de las necesidades de la población y esos 6 meses pasaron a ser 17 meses.
Quería quedarse más tiempo, sin embargo, eran los años noventa en Colombia, un grupo guerrillero invadió el casco urbano de Bagadó y retuvo al Doctor por unas semanas. Al ser liberado, tuvo que irse de Bagadó, pero sus ganas de seguir aprendiendo y ayudando no cesaron ante el incidente. Es por eso que se unió a Médicos Sin Fronteras y, durante 10 años, estuvo trabajando con diferentes comunidades en Colombia y el mundo. Pudo viajar a Centroamérica, recorrió Sudamérica, realizó trabajos de emergencia y conoció África.
Con Médicos Sin Fronteras pudo formarse en Europa, realizando diferentes cursos en salud pública para poder acrecentar su conocimiento y, así, poder acrecentar la ayuda que brindaba. Sin embargo, luego de una década de trabajo, decidió dar una pausa e ingresó a realizar una maestría en la Universidad Pontificia Bolivariana en Microbiología en el año 2007.
Al llegar, también empezó a ser docente de cátedra y tuvo la idea de crear el Grupo Piraguas, "desde la Universidad y desde mi posición de estudiante de la maestría, quería realizar con los estudiantes las actividades que había realizado en el rural y que, posteriormente, continué en Médicos sin Fronteras...”
Esto lo motivó aún más al ver la cantidad de estudiantes que querían participar en estos proyectos sociales. Es por eso que, junto con la profesora Lina Martínez, bacterióloga y docente de la Facultad de Medicina hace más de 20 años de la UPB, tomaron la determinación de formar el Grupo Piraguas para realizar las actividades de proyección social en la Escuela de Ciencias de la Salud. Esto permitió ampliar esa pasión por ayudar e impregnarla a los estudiantes.
Paralelo a esto, finalizó su maestría realizando su tesis de grado en un trabajo con habitantes de calle. Posterior a esto, decidió realizar su doctorado, también en microbiología, pero esta vez regresó a donde todo comenzó, al departamento del Chocó realizar su tesis con los diferentes grupos indígenas de la familia Emberá.
Al regresar nuevamente a Medellín, supo que, para poder seguir con su labor, debía conocer más a fondo a las diferentes comunidades con las que trabajaba. Esto, sumado su amor por la academia, lo llevó a tomar la decisión de seguir formándose. No obstante, no quiso realizar un posdoctorado, sino que prefirió realizar un pregrado en Antropología en la Fundación Universitaria Claretiana.
El principio fue muy lento, ya que siguió con la docencia en la UPB, por lo cual, solo podía tomar una o dos clases por semestre. Hasta que llegó la pandemia y, siguiendo ese espíritu de sacar provecho de la adversidad, aprovechó la virtualidad para avanzar en su pregrado y así poder terminarlo.
Hoy, el doctor Mauricio continúa impulsando a los jóvenes de la mano del Grupo Piraguas en la Facultad de Medicina y la Escuela de la Salud en General “Para mí es muy gratificante porque yo creo que, de una u otra forma, he sembrado esa inquietud al interior de la facultad. Hoy, mal contados, tengo como 156 viajes a diferentes territorios. He estado en Chocó, en Antioquia, en Córdoba, en Putumayo, en África… Y siempre, a la mayoría de estos viajes, he ido con algún estudiante de Medicina, algunas veces de Enfermería y, alguna vez, de Trabajo Social y Psicología y, los estudiantes, siempre quedan motivados”, afirma el Doctor al saber que ha dejado esa marca en ellos.
Por el momento, continuará sembrando la llama del servicio en las personas y mostrándole a sus estudiantes ese camino de satisfacción de ayudar a los demás.
Por: Juan Pablo Cuartas Gómez – Agencia de Noticias UPB
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