Agencia de Noticias UPB - Medellín. ¿Un abogado diseñando y materializando una bicicleta? ¿Cómo es esto posible? En la Escuela de Arquitectura y Diseño de la UPB existe un curso que nació en el año 2008, luego, dado a la acogida que tuvo por parte de los estudiantes, se pensó como un curso optativo para Diseño Industrial y electivo para cualquier carrera de la Universidad.
Por eso, no es de extrañarse que los salones o el laboratorio donde se imparte esta clase esté lleno de estudiantes con formaciones profesionales diversas. Pero, ¿cómo algo que parece tan técnico puede volverse ameno y ser fácil de entender para todos? Según Andrés Valencia, docente de la Facultad de Diseño Industrial y encargado de impartir este curso, hay dos estrategias importantes: la primera es el uso de un lenguaje básico; lo segundo, es que para los elementos técnicos que no se pueden simplificar, puesto que se trata de un objeto industrial que debe soportar el peso de una persona, está la organización estratégica de los equipos de trabajo; es decir, que por lo menos en cada equipo debe haber un diseñador industrial, quien se convierte en el eje técnico del equipo y se encarga de ayudar a los estudiantes de las demás disciplinas a que adapten de manera mucho más apropiada los concepto técnicos.
Se podría pensar que el material que se usa para la fabricación de las bicicletas es el metal; sin embargo, ese pensamiento está muy lejos de la realidad. El curso nace de una iniciativa llamada “diseño basado en el material”, y tiene como objetivo potenciar el uso de la madera como un material alternativo en relación a los materiales tradicionales.
Incluso, una de las cinco razones por las que se eligió este material fue porque este ofrece la posibilidad para que personas que no tengan mucha experiencia, puedan aprender de manera rápida cómo trabajar con ella, ya que el metal es complejo y peligroso a la hora de ser manipulado. Las otras cuatro tienen que ver con sostenibilidad, estética, el uso de tecnología de manufactura digital y, finalmente, la oportunidad de diseñar una bicicleta con una forma diferente a la tradicional.
Cuatro horas de Diseño de Bicicletas son así: las dos primeras horas Valencia imparte una clase técnico conceptual, y las dos últimas son taller. En las primeras 8 semanas diseñan sus bicicletas y en la última mitad se fabrican. Y es ahí donde inicia la magia: “En términos de fabricación eso es un asunto mágico, es una especie de inmersión porque hay un grupo de 15 – 20 estudiantes trabajando al tiempo con 10 – 15 máquinas prendidas. Mucho polvo, mucho ruido. Y ese momento se va super rápido porque es sumamente intenso y activo”, afirmó el docente con una sonrisa en su rostro símbolo de la pasión que siente por este curso.
También cuenta que el papel no lo es todo, pues si bien los estudiantes dibujaron a mano alzada sus bicis y digitalizaron sus diseños, en el momento de la fabricación les toca tomar decisiones que no fueron contempladas a la hora de dibujar. Son cuatro horas donde los estudiantes se permiten ser apasionados y creativos, y el docente se permite ser feliz.
De entrada, los estudiantes se llevan una experiencia interdisciplinaria, los diseñadores industriales se permiten diseñar para sí mismos y exploran sus gustos e intereses. Se llevan una experiencia mágica al realizar, como lo llama Andrés, rayones las ocho primeras semanas y a la semana 16 ya andar en esos rayones.
Para Valencia, como docente, es gratificante ver estudiantes venir a la universidad en bicis que hicieron hace mucho tiempo. Reconoce que, aunque lleva años impartiendo el mismo curso, no se ha sentido aburrido ya que no pierde la capacidad de asombro y más cuando ve que ninguna de las 143 bicicletas que se han diseñado a lo largo de la historia del curso se parecen. Menciona nuevamente la palabra “mágico” cuando habla de cómo la idea que vio al inicio se materializa. Afirma que el viernes es su día más feliz.
Ahora, la pregunta es: ¿una bicicleta hecha de manera? ¿cómo es esto posible? Si bien en Colombia este tipo de producto no ha impactado en el mercado porque, según Valencia, se cree que es un material de baja categoría, en países como Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos, entre otros, las personas reconocen que el trabajo con la madera es más valioso que con otros materiales. Por eso Andrés Valencia considera que su curso tiene un fin superior y es tratar de hacer el camino a este material, especialmente en las bicicletas.
Por: Carla Cristina Tordecilla Pájaro - Agencia de Noticias UPB
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