Agencia de Noticias UPB – Medellín. El Día Mundial para la Prevención del Suicidio se celebra el 10 de septiembre de cada año. Esta conmemoración es apoyada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de poder demostrar que estos actos se pueden prevenir.
En este contexto es importante resaltar que priorizar y concientizar la prevención del suicidio es un tema que hace parte de la salud pública y políticas públicas de los Estados.
Uno de los sectores que juega un papel fundamental en el fomento de la prevención de comportamientos suicidas son las instituciones educativas, estas deben de fortalecer el rol de entorno protector que tienen frente a toda la comunidad institucional.
Al tratarse de un comportamiento multicausal, las estrategias de prevención deben ir orientadas a diferentes esferas del ser humano. En el escenario educativo lo ideal es trabajar un enfoque riguroso de promoción y prevención en salud mental, pero no debe limitarse a la realización espontanea de encuentros o campañas, sino en el cuidado en sí de la vida cotidiana.
Según la psicóloga Vanessa, “se debe trabajar en la gestión de las emociones, en la calidad de los vínculos de la institución, las redes de apoyo entre estudiantes, docentes y administrativos, en el aula de clases, en el disfrute de la vida universitaria, el rol docente y en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Es recomendable contar con estrategias de identificación y seguimiento a personas que presentan riesgos en salud mental. Es decir, la salud mental debe entenderse como un componente transversal en los escenarios educativos”.
Así mismo se debe de tener rutas de atención claras, formalizadas y divulgadas que permitan la atención inmediata de los riesgos asociados al comportamiento suicida, garantizando de esta manera un acompañamiento integral y pertinente de los estudiantes y empleados.
Diferentes aspectos como la interacción entres factores biológicos, psicológicos, sociales, ambientales y culturales pueden ser un riesgo o estar vinculados en la determinación de comportamientos suicidas. “Es por esto que expertos recomiendan que la prevención se empieza a trabajar desde la niñez en la manera como se configuran las relaciones familiares, el cuidado y la prevención de la violencia en todas sus manifestaciones”, agregó la psicóloga Bedoya.
La salud mental es un factor determinante en el bienestar emocional, psicológico y social de las personas, al igual que ayuda a contrarrestar esos factores de riesgo que pueden inducir al comportamiento suicida.
La promoción de la salud mental constituye un elemento fundamental para prevenir y mitigar los factores de riesgo que pueden inducir al comportamiento suicida. Sin embargo, siempre será necesario garantizar el acceso a tratamientos con psicología, psiquiatría, neuropsicología y demás especialidades, así mismo el acompañamiento familiar y el seguimiento continuo por parte de redes de apoyo, servicios asistenciales y en ocasiones por la comunidad educativa.
Para la psicóloga Vanessa Bedoya, algunos elementos pueden ser claves para desarrollar estrategias de prevención del suicidio en materia de políticas públicas y en todas las esferas de la sociedad:
Por Estefanía Hernández Cavadía, Agencia de Noticias UPB - Medellín.
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