El COVID-19 y los daños que puede causar al sistema nervioso

Disponible en:Medellín26 ene. 2021

Agencia de Noticias UPB - Medellín. Cumplidos 10 meses desde que la pandemia por COVID-19 llegó a Colombia, investigaciones en todo el mundo han ido descubriendo nuevas formas en que el virus afecta el organismo. Si bien, como ampliamente se ha difundido, este perjudica en mayor medida el sistema respiratorio, con el tiempo se ha hecho más claro que también afecta los sistemas cardiovascular y nervioso. Si bien el COVID-19 no es fatal proporcionalmente en la mayoría de casos, sobrevivir a este virus puede no implicar retomar una vida óptima y libre de complicaciones.

 

 

 
Daños neurológicos por el COVID

 

Según un estudio de la Asociación Británica de Médicos (ABM), son varios los tipos de afecciones neurológicas posibles en pacientes con COVID-19. Entre el 2 y el 26 de abril de 2020, el estudio recolectó información de 125 casos de pacientes con estas afecciones; 77 presentaron un evento cerebrovascular, 57 tuvieron un accidente cerebrovascular isquémico, 9 tuvieron una hemorragia intracerebral y uno sufrió vasculitis. De los 125 casos, 39 presentaron un estado mental alterado; 9 con encefalopatía no especificada, siete con encefalitis y 23 cumplían el cuadro clínico de patologías psiquiátricas.

Para el neurólogo de la Clínica Cardiovascular y profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad Pontificia Bolivariana, Jorge Ignacio Celis, no hace falta un síntoma o consecuencia grave para probar que, en efecto, el virus afecta el sistema nervioso: “Dos de los síntomas del COVID-19 son la pérdida del gusto y el olfato. Desde ese momento el paciente ya tiene un compromiso a nivel del sistema nervioso”. A pesar de que estos síntomas no persisten en la mayoría de los casos, existe la posibilidad de que estos sentidos se pierdan definitivamente, asegura el doctor Celis.

La consecuencia neurológica grave más común en pacientes COVID es, según el doctor Ignacio, la encefalopatía. La inflamación del cerebro puede causar que los pacientes, “se vuelvan lentos y adormilados. Algunos de ellos pueden también desarrollar lo que conocemos como un delirio”. Esta inflamación, además, puede predisponer a los pacientes a desarrollar edemas (hinchazón causada por la acumulación de líquido en los tejidos), trombosis (formación de coágulos y taponamiento de vasos sanguíneos) e  infartos (muerte de un tejido por falta del oxígeno que lleva la sangre).

En el estudio de ABM, 19 de 39 pacientes con estado mental alterado tenían menos de 60 años y 20 eran mayores. En lo que se refirió a eventos cerebrovasculares, 61 de 74 eran mayores de 60 años, mientras que menores de esta edad solo lo padecieron 13 personas.

¿Por qué se dan estas complicaciones?

Las complicaciones neurológicas son consecuencia de la reacción inmunológica del organismo y la afección de la enfermedad al sistema cardiovascular. El receptor de angiotensina, presente en gran medida en las células de los pulmones, es la razón por la que el virus los afecta en mayor medida. Este receptor también está presente en los vasos sanguíneos y en el cerebro: “Es como el anclaje, si yo tengo la llave para abrir la puerta de su casa, yo puedo entrar a su casa. El virus lo que necesita es la cerradura, porque él tiene la llave, y la cerradura es el receptor de angiotensina. Todas las células con este receptor tienen la misma clave, por lo que el virus se mete ahí y se replica”, afirmó el doctor Celis.

Al estar el virus en la circulación, produce una respuesta inmunológica que causa la inflamación de los vasos y hace que la propensión del paciente a sufrir trombosis, isquemias o infartos aumente. Dicha inflamación, de ser muy grande, puede llegar a dañar las conexiones nerviosas del cerebro. Estos daños pueden derivar, según el doctor Ignacio, en cambios en el comportamiento o pérdida de la memoria hasta seis meses luego de haberse padecido la enfermedad: “En algunos pacientes estos daños son reversibles, y en otros quedan permanentes”.

Diversas causas del delirio

Para el doctor Celis, el delirio, posible consecuencia del COVID-19, no es siempre consecuencia directa de la enfermedad: “El mero hecho de que a usted lo hospitalicen y lo aíslen, genera en usted una respuesta de defensa que puede desencadenar un delirio. Puede darle a cualquier persona”.

¿Cómo se manifiesta el delirio?

De acuerdo con el doctor Ignacio, esto puede hacerse evidente cuando el paciente “empieza a decir que lo están atacando, que lo van a matar, cuando empieza a inventar historias y a tener cambios en el comportamiento”, síntomas comunes de este trastorno mental son la confusión, la desorientación y la incapacidad de concentración.

¿Cómo son tratados los pacientes con COVID que sufren daño neurológico?

De acuerdo con el doctor Jorge Ignacio, al ser la falta de oxígeno, la inflamación y el riesgo de trombosis los riesgos principales que sufre un paciente con COVID-19, los tratamientos en su orden, responden a tratar dichos riesgos. Se suministran esteroides (desinflamatorio), se suministra oxígeno y se proporciona heparina (evita la formación de coágulos, por lo que previene accidentes cerebrovasculares). Una vez diagnosticada alguna afección neurológica, se procede con el tratamiento que corresponde a la afección en cuestión. 

Por Pablo Andrés Restrepo López. Agencia de Noticias UPB.

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