Viviendas dignas en menor tiempo y a menor costo. Patente de invención para marcos de hormigón con sello UPB

Disponible en:Medellín22 jun. 2018

 

 
Casa modular hormigón

Agencia de Noticias UPB - Medellín. Un sistema modular industrializado en hormigón es la nueva patente con la que docente investigadores de la Facultad de Arquitectura de Universidad Pontificia Bolivariana quieren generar un impacto social en comunidades que no poseen vivienda propia.

Investigadores de la UPB obtuvieron la patente de un sistema de vivienda industrializada con marcos de hormigón que, además de calidad, permite ahorrar un 60 % en los tiempos de construcción y un 15 % en los costos comparado con soluciones de vivienda de interés social.

Las casas modulares tienen diferentes posibilidades de áreas y ampliaciones, iniciando a partir de 45 metros cuadrados, con un módulo que lleva la estructura de soporte al perímetro del espacio habitable y deja el espacio interior, la fachada posterior y la anterior completamente libres para que los arquitectos o el propietario puedan realizar ajustes de acuerdo a sus necesidades o gustos. Un sistema acorde con las tradiciones y adaptado a los modos de vida de los barrios populares.

El hormigón

 

 
Casa modular hormigón

Utilizado de manera frecuente en procesos de construcción, el hormigón armado o concreto reforzado posee altas resistencias estructurales y una importante capacidad de adaptación. Su obtención es el resultado de la mezcla de cemento, arena, grava y refuerzos estructurales. Para el caso de esta patente, los marcos industrializados se producen con la ayuda de formaletas y de una correcta dosificación del concreto.

Los marcos estructurales se apoyan sobre un terreno mejorado en su capacidad portante (el proctor de confinamiento del terreno se eleva al 98 %), compuesto de la compactación de piedras finas y gruesas.  Estos terrenos pueden ser inclinados o planos.

La seguridad, en caso de un sismo o movimiento del terreno, se evidencia en la distribución de las cargas y en la rigidez del sistema, permitiendo la transmisión de una tonelada al terreno por metro cuadrado. El mejoramiento del terreno proporciona más eficiencia sin necesidad de realizar excavaciones adicionales para asegurar vigas o columnas. El sistema estructural, que está acorde con la reglamentación de sismo resistencia del año 2010, resuelve la estabilidad del proyecto desde la concepción de su geometría.

Según Alejandro Restrepo Montoya, investigador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Pontificia Bolivariana y de la Universidad Técnica de Munich, y cotitular de la patente, el potencial de este sistema radica en la posibilidad de industrializar la estructura de soporte, individualizar el lenguaje y las tipologías de vivienda a través de los elementos no estructurales (muros interiores y fachadas) que se pueden construir a través de los sistemas tradicionales y transformar mediante la incrementalidad de la vivienda en el tiempo, de acuerdo con las necesidades de los grupos familiares.

El costo del sistema habitacional con módulos de hormigón es un 15 % más económico que los costos directos de las viviendas de interés prioritario que se ubica en un valor máximo de 70 salarios mínimos legales vigentes.

Armar los módulos, las losas de piso y techo, y los muros de la estructura de soporte pueden tardar un 60 % menos del tiempo a comparación de un sistema tradicional de hormigón vaciado o muros de carga. Una vez localizada la estructura, tanto la cocina, el baño y las unidades de servicios quedan ubicados en lugares fijos para garantizar la optimización de los espacios.

Sus características bioclimáticas permiten la adaptabilidad de los diseños a diferentes temperaturas, a partir de la ubicación de los muros y las ventanas, reduciendo la sensación extrema en distintos pisos térmicos.

Un módulo, muchas posibilidades

Pero este desarrollo no se queda solo en el renglón residencial. Por su potencial y facilidad de fabricación y transporte, podría ser una solución para la construcción de escuelas en comunidades que aún esperan por una. Inclusive, según el investigador, quien realizó las pruebas de los materiales mientras cursaba su doctorado en Alemania, los módulos aplican para oficinas, edificios con otros usos y viviendas de todos los estratos socioeconómicos.

En el caso de muchas personas de bajos recursos, que aún esperan una solución habitacional, la patente es una respuesta a la dignificación de los espacios. Pese a las políticas públicas de vivienda de interés prioritario y social, Alejandro indica que las áreas de cada apartamento que entrega el mercado inmobiliario, el estado de la construcción y las posibilidades de adecuación quedan limitadas y las personas terminan viviendo, no donde quieren sino donde les toca.

“Cifras del DANE, del censo de población y vivienda del 2005, indican que hay 2 millones de hogares en déficit cuantitativo y otros 2 millones en déficit cualitativo. Si por hogar son en promedio 4 personas, estamos hablando de 16 millones de personas sin su casa propia ¡es delicado!”, expresa Alejandro.

Cómo se llegó a este desarrollo

Era el año 2003 y Alejandro, en compañía de los profesores Gustavo Restrepo, Javier Castañeda y otros integrantes del grupo de investigación Laboratorio de Estudios y Experimentación Técnica en Arquitectura-LEET de la UPB, habían creado un modelo de vivienda de emergencia con módulos de madera para la atención de personas que requerían un hogar transitorio. En principio, el proyecto se concibió como una forma de convertir esos refugios en casas permanentes.

La percepción de inseguridad de las personas sobre la madera, como material para soportar un sistema habitacional, hizo que Alejandro se interesara por explorar nuevas formas de hacerlo atractivo. Fue así como encontró los medios para crear con hormigón a escala industrial.

Esta patente es el resultado de la tesis doctoral en ingeniería y arquitectura que Alejandro desarrolló en Alemania. En Colombia, el proceso de la patente fue codirigido con Felipe Bernal, actual jefe del Plan Maestro de la UPB. El investigador enfatiza en el aporte social que puede brindar con esta solución de vivienda, un plus para que la UPB obtenga provecho en términos de nuevos conocimientos y genere nuevas posibilidades de desarrollos de viviendas para que continúe con su labor de fomento investigativo en este tipo de desarrollos.

Sin embargo, para hacer posible una transformación positiva en los modos de vida de las personas a través de este sistema de vivienda, y como lo indica el investigador, es necesario que existan los equipamientos y la infraestructura adicional para convertirla en un espacio digno: parques, vías, transporte y servicios públicos.

Por Jorge Andrés Jaramillo - Agencia de Noticias UPB

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