Agencia de Noticias UPB - Medellín. Durante la cata de vestuario se percibieron las prendas con una mirada profunda, como si cada prenda fuera una creación sutil, táctil y estratégica. Bajo la premisa "¿qué pasaría si pudiéramos catar una prenda como se cata un vino excepcional?" se degustó el vestuario desde tres perspectivas fundamentales: cata de diseño, donde se evaluó la comunicación, la funcionalidad y la estética; cata técnica, para el análisis de los ensambles, costuras, materiales y procesos de manufactura; y cata estratégica, donde se analizó el storytelling, la percepción de marca y el valor en el mercado.
Con el acompañamiento de algunos sommeliers expertos en moda, se hicieron aportes, diferentes herramientas de análisis y formas de observar cada prenda. Los grupos calificaron y clasificaron las prendas para reflejar una visión colectiva del valor del vestuario, más allá de su forma, en su fondo, en su construcción y en su historia.
En la cata de diseño también se habló sobre los 10 principios del buen diseño de Dieter Rams. Se discutió sobre el balance y la composición visual, donde cada uno debía observar la coherencia estética y cultural, evaluando el balance en la distribución visual que la compone, la simetría, la asimetría y las composiciones radiales, partiendo de que las prendas generan interés y deseo por sí solas.
Cada grupo debía encargarse de hacer un análisis profundo desde el punto de vista del diseño, la producción y los materiales, para lograr entender si lo que tenían sobre la mesa reflejaba estratégicamente el mercadeo para aprender a vender y reconocer elementos básicos de las prendas. Por último, se sacaron conclusiones con el fin de pensar el vestuario como un sistema complejo y con sentido. De todos los elementos de la cata, los participantes calificaron entre 76 y 95 cada prenda. Luego, el personal de apoyo recogió todas las prendas con un puntaje inferior, y posteriormente se depositaron las prendas que cumplieron con dicho porcentaje.
¿Cómo evaluamos, desde nuestra percepción como consumidores, si una prenda tiene un buen diseño?
En las mesas había varias prendas distribuidas con altos niveles de diseño, que se consideraron importantes referentes. Los participantes se preguntaron: ¿qué percepciones representan estos diseños? Esto generó que respondieran preguntas integrales y reflexivas durante el ejercicio.
Esta experiencia enriquecedora ayudó a los participantes a entender el vestuario no solo como un objeto de consumo, sino también como una pieza con historia, significado y responsabilidad. Este tipo de espacios de reflexión abren el camino hacia el desarrollo de un diseño de vestuario más consciente, sostenible y alineado con las necesidades del futuro, tanto en términos de calidad como de impacto ambiental.
Por: Natalia Quintero Pabón - Agencia de Noticias UPB – Medellín.
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