Agencia de Noticias UPB – Medellín. El papa emérito Benedicto XVI es reconocido por ser el papa que más aportes y publicaciones de obras de teología, dedicadas siempre al estudio y la investigación, ha hecho en la historia de la iglesia; encíclicas como “Deus caritas est” (2005), “Spe salvi” (2007), “Caritas in veritate” (2009), cartas apostólicas, discursos, homilías, dan cuenta y revelan su interés por acercar a la comunidad la reflexión de la fe y su empeño por mostrar quién es Dios.
El cardenal Joseph Ratzinger nació el 16 de abril de 1927 en Marktl, Alemania. Estudió filosofía y teología en la Escuela Superior de Filosofía y Teología de Freising y en la universidad de Munich, recibió su ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951 y, posteriormente, en 1953 se doctoró en teología con su tesis llamada “Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la iglesia de San Agustín”.
Fue elegido como sucesor de Juan Pablo II el 19 de abril de 2005 para guiar a la iglesia católica y, posteriormente, renunció al papado el 28 de febrero del 2013, aceptando el título de papa emérito, para dedicarse al retiro espiritual y la oración.
En su labor teológica, el papa demostró gran interés por la obra de San Agustín y la visión trascendente de este autor frente al amor y el vínculo con la verdad; por esta razón, la labor de Benedicto XVI siempre estuvo encaminada, desde muy joven, a establecer un diálogo entre la razón y la fe, una fe apoyada en la tradición, la revelación, el magisterio y la liturgia.
Benedicto XVI fue un hombre de espiritualidad profunda, dedicado siempre al estudio de la teología y a la investigación; por esta razón, se puede llamar a Benedicto XVI como el teólogo de los teólogos.
La iglesia era entendida para el papa como el cuerpo de Dios, el cuerpo de Cristo y el templo del Espíritu, una comunidad de fieles creyentes unida a Jesús, pero apoyada en unos conceptos que luego serían desarrollados por la teología: la comunión y la participación.
En cuanto a la enseñanza de la religión desde la educación y la cultura, educar era para Benedicto XVI orientar a los pueblos por el camino de la fe a la verdad y al servicio de la humanidad, a través de la formación en el catecismo de la iglesia católica, y aprovechando todos los medios posibles para dar a conocer con verdades sólidas en qué había que creer y qué había que vivir.
Desde su cosmovisión, entendía el mundo como el escenario en el que Dios realiza su obra, es decir, como el marco de espacio y tiempo en el cual Dios actúa en la historia y la santifica, sostenía que aquella realidad en la que se mueve la vida es el espacio en el que Dios se manifiesta.
Debido a su formación teológica, Benedicto XVI pudo dialogar con ciencias que también estuvieran dispuestas a conversar con la fe. Dentro de todas sus obras se pueden encontrar algunos escritos dedicados al mundo universitario y a grandes personalidades del mundo de la ciencia.
El conocimiento y el legado teológico que dejó el papa emérito Benedicto XVI, desde sus inicios como estudiante hasta sus años como máximo representante de la iglesia católica, da cuenta de su misión y deseo por acercar la fe al mundo y fortalecerla a través de la teología, demostrando que es posible entender una realidad tan heterogénea a través de la fe cristiana.
Por: Natalia Saavedra Cadavid – Agencia de Noticias UPB.
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