Valor y superación con sello UPB

Agencia de Noticias UPB - Medellín. Manuela y William, egresados UPB, no estaban preparados para enfrentarse a días sin luces ni colores, pero asumieron el reto y, hoy, además de su condición visual, comparten su profesión y el amor por la Universidad que los formó.

En cuarto de primaria, Manuela Granada Cartagena sufrió una atrofia de los nervios ópticos, una lección que no estaba incluida en el plan de estudios, pero que le enseñó otra forma de ver el mundo. Con la poca visión que tiene en su ojo derecho y la tenacidad que la caracteriza, según sus papás, superó sus miedos y se enfocó en el sueño de ser profesional.

Para William González Vásquez, cabo primero del Ejército Nacional, la historia fue diferente, pues lleva en su cuerpo las secuelas del conflicto armado y, en su memoria, el recuerdo de aquel día en el que un artefacto detonó en su mano izquierda y lo obligó a replantear los métodos para seguir adelante.

Su paso por la UPB

Los dos decidieron estudiar Trabajo Social porque querían tener herramientas para acompañar a las comunidades; y querían hacerlo en la Universidad Pontificia Bolivariana. Manuela siempre lo tuvo claro: “Desde niña siempre hubo algo que me atraía a Bolivariana por los principios, por ser una institución católica y por sus procesos de inclusión”; y William, por el reconocimiento que tienen la Universidad y la Facultad.

El acompañamiento de sus familias, docentes y amigos fue fundamental. “Al principio fue un poco complejo (…), pero gracias a la ayuda de los profesores, quienes me facilitaron opciones de estudio, y a mis compañeros, quienes me ayudaban en la descripción de imágenes y en la elaboración de diapositivas, pude terminar mi formación académica”, relata William.

“Los profesores siempre me dieron opciones para mejorar mi método de estudio, me daban un voto de confianza, porque me permitían sacar el Ipad para los exámenes y ellos sabían que yo tenía todas las fotos y las presentaciones ahí, pero como dice uno de los principios de la Universidad, uno debe ser un profesional íntegro y siempre me repetía ‘no sería faltarles a ellos, sino faltarme a mí'”, agrega Manuela.

Silvia Castañeda, directora de Trabajo Social, asegura que para la Facultad fue muy gratificante acompañar el proceso de formación profesional de William y Manuela:

"Celebramos el valor que ha tenido este proceso, que nos reta a pensar en estrategias de accesibilidad, nuevos mediadores pedagógicos, transformar dinámicas relacionales entre docentes y estudiantes y, lo más importante, reafirmar en la vivencia cotidiana valores como el respeto por la diversidad, la solidaridad, el cuidado de la vida y la dignidad humana”.

Ambos se llevan gratos recuerdos en el corazón. “Una vez en clase una profe dijo ‘muchachos, ¿alcanzan a ver la imagen?’ y yo le contesté: ‘no profe, ¿dónde, dónde?’, todos se rieron y les impactó mucho mi aporte cómico, comenta el suboficial. Por su parte, Manuela recuerda que haciendo su trabajo de grado conoció a un abogado que es invidente: “eso marcó mi vida personal y profesional, es una persona que ha alcanzado muchas metas y pude entender que no hay obstáculos, si uno se propone algo lo puede lograr”.

Ser parte de una universidad que “se ha abierto a la inclusión, donde no importan los niveles sociales”, llena de orgullo a Manuela. La formación integral es algo que William agradece y, con un poco de nostalgia en su voz, expresa que la carrera le dejó grandes aportes: “Obtuve muchos conocimientos para poder trabajar, me fortalecí mucho en lo personal y pude comprender las problemáticas que se presentan en la familia, en las comunidades, en las organizaciones…y de esa manera saber qué quiero para mi futuro y para quienes necesiten mi ayuda y mi trabajo”.

Ella, “una mujer incansable, con muchos anhelos”, como la describe su mamá; y él, “un hombre feliz, que siempre transmite buenas energías”, como lo describe su hijo, cumplieron una de sus metas, pero están listos para seguir adelante, demostrar que no hay límites y aportar, como trabajadores sociales, al desarrollo de las comunidades y organizaciones.

Por Alejandra Carmona Sierra, Agencia de Noticias - Egresados UPB