Un Bolivariano en el Estadio Olímpico de Montreal
Carlos Meneses estudió seis semestres de Ingeniería Eléctrica en la Universidad en la que siempre quiso estudiar, pero las conversaciones con algunos compañeros que estudiaban ingeniería mecánica lo llevaron a pensar en sus perspectivas laborales y a enamorarse de una profesión que en la actualidad desempeña con orgullo.
De su universidad solo tiene buenos recuerdos y aunque cambiarse de carrera fue una decisión compleja, encontró una cara amable que le facilitó la decisión: “Cuando empecé a consultar qué tenía que hacer para cambiarme, cuánto tiempo iba a perder y económicamente cuánto me iba a costar ese chistecito, decidí ir donde Carlos Builes Restrepo, director de Ing. Mecánica en ese entonces, y cuando llegué a su oficina lo primero que me dijo, muy efusivamente, fue: -¡Bienvenido a Ing. Mecánica!- e inmediatamente dije: con ese recibimiento yo me paso”.
Hace siete años dejó su país, su familia y un trabajo estable para perseguir sus sueños en compañía de su esposa. Vive en Montreal, una ciudad de Canadá en la que, según relata, “todo es muy diferente: la gente, los paisajes, el clima”. Extraña los consejos de su mamá, visitar a su abuela y la comida de su tierra natal, pero asegura que el sacrificio vale la pena. No ha sido sencillo construir su vida profesional en un país en el que, “no es fácil para un latino estar en un puesto directivo o administrativo”, pero todo lo que se ha propuesto lo ha logrado.
“Cuando llegué a Montreal trabajé en una empresa de ingeniería que diseñaba piezas para diferentes proyectos, pero mi fuerte era la mecánica, entonces armé una carpeta con todo lo que había hecho en Colombia, empecé a buscar y encontré el trabajo en el que estoy ahora, en el cual propuse nuevas formas de planificar a partir de indicadores de gestión y de un software que sistematiza los mantenimientos”, cuenta este ingeniero bolivariano quien desea regresar a su país para aplicar todo lo que ha aprendido sobre ecoenergía y sistemas efectivos de mantenimiento.
En una de sus visitas a Medellín volvió a la UPB para recordar su época de estudiante, visitar a sus profesores y a algunos compañeros de clase que actualmente son docentes. “La universidad está espectacular, muy organizada, los edificios renovados. Es una universidad verdaderamente para quererla”, asegura con mucho orgullo este antioqueño que no le teme a los cambios y nuevos retos, pues: “La Bolivariana le da a uno algo que lo hace diferente, a mí me parece que la formación aquí fue tan buena que yo puedo afrontar el reto que quiera”.
