Centros de Conciliación: una alternativa para la resolución de conflictos

A lo largo de los años han existido diferentes formas de resolver conflictos, pasando por guerras, juicios, discusiones, diálogos; “no siempre son violencia”, asegura Gustavo Ortiz, abogado y director del Consultorio Jurídico Pío XII de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. “Los conflictos son connaturales al ser humano, pues todas las personas somos distintas, tenemos intereses distintos y diferentes formas de ver la vida. La violencia es una forma de exteriorizar el conflicto, pero no es la única”, agrega. 

Actualmente, además de los juzgados, existen mecanismos alternativos para la resolución de conflictos como la conciliación, el arbitraje, la amigable composición, la mediación, entre otros. En estos casos, las partes involucradas no acuden a un juez sino que, dependiendo del mecanismo, buscan al personal capacitado y asisten a diferentes lugares autorizados por el Ministerio de Justicia y del Derecho.

En la conciliación, por ejemplo, se busca a un tercero –llamado conciliador: un abogado inscrito y capacitado por una entidad avalada– para que facilite el diálogo entre las partes y se logre la solución del conflicto mediante la comunicación. “Con la ayuda del conciliador, con los mismos efectos que tiene una sentencia judicial, las personas resuelven por sí mismas las diferencias”, asegura Gustavo.

La Universidad Pontifica Bolivariana (sede Medellín) cuenta con dos Centros de Conciliación certificados por el Icontec: uno es público y hace parte del Consultorio Jurídico, allí se atienden casos de personas en condición de vulnerabilidad y de escasos recursos. El  segundo Centro es privado y, además de conciliar, también atiende procesos de arbitraje. “Teniendo en cuenta la labor del Consultorio Jurídico, la universidad quiso seguirle apostando a la transformación social y humana, a la cultura ciudadana de paz, de convivencia y de solución de conflictos. Por esto, y con la intención de brindarle un servicio a toda la sociedad, en el 2010 se creó el Centro de Conciliación y Arbitraje Darío Velásquez Gaviria”, dice José Felipe Palacio, abogado y director del Centro privado.

Las audiencias del Centro de Conciliación del Consultorio Jurídico son atenidas por estudiantes que se encuentran realizando prácticas. “Es más un ejercicio pedagógico”, dice Gustavo. “Lo que buscamos en el Consultorio es formar integralmente al estudiante, reconociendo que el servicio social que brindamos es propio del derecho, pues tiene que estar al servicio de la comunidad”, agrega.

Por su parte, en el Centro de Conciliación y Arbitraje Darío Velásquez Gaviria, los procesos son dirigidos por profesionales expertos en temas que puedan ser conciliados. “Desde el punto de vista del derecho los asuntos conciliables son aquellos que sean desistibles, es decir, que la persona pueda renunciar al derecho; los transigibles, donde exista un acuerdo entre las partes; los conciliables, como asuntos de responsabilidad civil, de familia, de tránsito, comerciales, problemas entre vecinos, problemas de contrato, asuntos de propiedad intelectual, de derechos de autor; y los que no estén prohibidos por la ley, aquellos relacionados con las fronteras patrias, delitos graves como el narcotráfico, terrorismo, secuestro”, explica José Felipe.

Gustavo Ortiz asegura que la justicia en Colombia es lenta y por esto, complementa José Felipe, “ambos Centros de Conciliación generan un impacto en la sociedad, pues descongestionan la justicia”. Los abogados explican que los procesos en los Centros duran como máximo tres meses, mientras que lo ordinario de un proceso en los juzgados son tres años.

“Se debe tener en cuenta que en las audiencias existe la posibilidad de no llegar a un acuerdo. Esto significa que mínimamente se cumplió con el requisito de procedibilidad y evidenció, desde lo humano y lo antropológico, que somos seres distintos y tenemos formas diferentes de ver el conflicto”, enfatiza Gustavo. En caso de no acuerdo, se levanta una constancia y el proceso es atendido por un juez.

Con ambos Centros de Conciliación, aseguran los abogados, la UPB está cumpliendo su misión  y, con la intención de prestarle un servicio a toda la población, se evidencia la apuesta de la institución para intervenir en la sociedad. “Además, que las personas autogestionen la resolución de los conflictos y que no se deje en manos de un tercero, permitirá construir paz y tejido social”, concluye José Felipe.

Por Andrea Orejarena Tamayo - Agencia de Noticias UPB