Agencia de Noticias UPB - Medellín. En 1996, cuando viajó más de ocho horas para llegar a Medellín desde su tierra natal, no tenía ahorros para empezar sus estudios, tampoco le quedaba mucho tiempo libre para hacerlo, pero ser un profesional siempre fue su meta y, hoy, cuenta con un título de pregrado, dos postgrados de la UPB y está adelantado sus estudios doctorales en la Universidad Nacional del Rosario en Argentina.
Para Ferney Salgado Clímaco, Medellín fue referente de una mejor vida en cuanto a lo salarial y lo académico, y por eso no dudó en dejar a su familia para ir detrás de su sueño. “Recuerdo que el primer trabajo que tuve fue haciendo aseo en una casa finca, luego me conectaron con una empresa en la que trabajé 13 años en el área de oficios varios haciendo aseo, tintos o diligencias”, cuenta con la satisfacción del deber cumplido
La falta de tiempo y recursos económicos no fue impedimento, pues hizo un préstamo para empezar su carrera y estudiaba mientras iba en un bus, mientras hacía diligencias en los bancos o en las noches cuando llegaba a su casa. Actualmente es docente de español y literatura en un colegio de la ciudad, que le permite disfrutar una profesión que para él es “Muy hermosa, no tanto por lo que se enseña, sino por lo que se aprende”.
Por más de una década estuvo rodeado de Bolivarianos en una de las empresas donde empezó a trabajar cuando llegó a Medellín. Su jefe y sus compañeros, egresados de la UPB, siempre lo animaron para que cumpliera su objetivo y, sin saberlo, le fueron impregnando ese amor por la Universidad que eligió para realizar la Especialización y la Maestría en Literatura.
Según su experiencia, la Universidad le abrió las puertas del conocimiento y de la literatura, y le impuso un reto que asume cada día en su aula de clases: “La UPB me deja la responsabilidad de hacer vivencial, en el trato con mis estudiantes, ese humanismo que uno descubre en los profesores de la Bolivariana”.
Las historias de Memín Pingüín, Águila Solitaria, Kalimán y Arandú, que leía a escondidas de sus profesores y acolitado por su papá, fueron sólo el principio de una vida rodeada de libros, letras y personajes.
A sus estudiantes siempre les aconseja que lean: “Lean, Condorito o cualquier cosa, pero lean (…) y en la medida en la que usted lee, va encontrando su género y autor favorito para encaminarse en el mundo de la lectura”.
Le hubiera gustado llegar al lugar donde está sin pasar por tantas circunstancias difíciles, sin embargo, todo lo vivido lo suma a su lista de aprendizajes y su experiencia le permite asegurar que “La pobreza no es un obstáculo, sino un peldaño para salir adelante”.
Por Alejandra Carmona Sierra, Agencia de Noticias – Egresados UPB.
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