La etapa de la universidad y la educación superior es muy importante para las personas que deciden tomar este camino luego de terminar su bachillerato, pues en ella ponen gran parte de su energía, invierten dinero, tiempo, y esperan prepararse para la vida laboral que se tomará muchos de los años subsiguientes.
Sin embargo, la vida universitaria es retadora, porque además de trasnochar para entregar trabajos, de que algunos deben trabajar al mismo tiempo que estudian, o de las materias que se hacen más difíciles que otras, a nivel social también representa un gran desafío.
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La Universidad Pontificia Bolivariana genera espacios para que el ingreso a esta nueva etapa no sea tan abrupto y los estudiantes puedan encontrar grupos y personas en las que apoyarse y con quién empezar a transitar por este camino.
Algunos de los espacios dispuestos por la universidad son las jornadas de inducción institucional, que se dan en los primeros días del semestre, en donde se realiza un recorrido por el campus y los estudiantes tienen la posibilidad de conocer personas de diversos programas. También, desde el 2021 existen las mentorías, en las cuales “los estudiantes de semestres avanzados acompañan a los de primer semestre en su proceso de adaptación a la vida universitaria” de acuerdo con Katherine Puerta Granda, coordinadora Psicosocial de Bienestar Institucional.
Además, las universidades se deben enfrentar a un panorama en el que no todos los estudiantes tienen las mismas necesidades, es por esto que la UPB cuenta con una línea de capacidades diversas en donde se trabaja de la mano de consultores especializados para realizar los ajustes razonables frente a las capacidades de los estudiantes y así garantizar que su vida universitaria se dé de manera idónea.
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Así trabaja la línea de capacidades diversas de la universidad:
- Caracteriza la población y a cada uno de los estudiantes no tradicionales.
- Brinda apoyo psicológico y realiza remisiones según las necesidades del estudiante.
- Genera espacios de formación para docentes y administrativos.
- Activa las rutas para hacer los ajustes razonables en las aulas y espacios que ocuparán estos estudiantes.
- Realizar encuentros para que las personas se conozcan y se establezcan grupos y equipos.
Por ejemplo, la universidad en su biblioteca cuenta con una impresora en braille, se han realizado mejoras para la accesibilidad a los bloques, está la línea de vida en el bulevar, se ha actualizado y mejorado toda la señalética del campus, y para los estudiantes sordos se contrata el servicio de interpretación de lengua de señas colombiana.
Desde Bienestar Institucional se reconoce que el reto es grande y que cada vez hay más trabajo por parte de la universidad para lograr una correcta caracterización e inclusión de sus estudiantes, pues “cada tipo de discapacidad implica un despliegue especializado importante”, comenta Katherine Puerta.
También, afirma la coordinadora Psicosocial, es necesario sensibilizar a la comunidad para los procesos de inclusión de estas personas. Por esta razón, y teniendo en cuenta que cada caso cuenta con sus particularidades, dentro de los programas de cualificación del talento humano se contemplan capacitaciones enfocadas en la inclusión, así como desde Bienestar Institucional se ofrece acompañamiento a los docentes que tienen estudiantes con necesidades educativas diferenciadas.
En la universidad se ha trabajado en el fortalecimiento de la línea de capacidades diversas que pertenece a Bienestar Institucional y en la articulación con las áreas que tienen que ver con los procesos de las personas discapacitadas, para pulir y mejorar los procesos de caracterización, inclusión y seguimiento a los estudiantes que, por motivos físicos o psicosociales, tengan riesgo de abandonar sus procesos de educación.
