Leonardo da Vinci, Albert Einstein y Steve Jobs son figuras icónicas que se destacaron en la sociedad gracias a su genialidad, una capacidad que se evidenció a través de sus profundos conocimientos. Pero, ¿sabías que esta cualidad no estaba reservada solo para ellos? En este artículo, exploraremos este concepto, su relación con la inteligencia emocional y cómo su aplicación puede influir en tu vida laboral y personal.
En la actualidad se habla de varios tipos de inteligencia: lingüística, musical, matemática, espacial, corporal-kinestésica, intrapersonal, interpersonal y naturalista-pictórica.
La inteligencia es una capacidad que se va desarrollando durante la vida, en ciertas etapas se está más dispuesto al aprendizaje de una inteligencia, pero debe estimularse con una constante búsqueda por mejorar y preguntarse cómo afecta el entorno y qué hacer al respecto.
Podemos hablar entonces del conocimiento racional y del emocional, este último trabaja de la mano de los valores, las creencias y la dignidad humana y se articula con el conocimiento moral. Blanca Sierra es magíster en Coaching Ontológico y docente investigadora de la Facultad de Trabajo Social UPB, hablamos con ella para conocer más sobre la genialidad, concepto que define como la suma de conocimiento, habilidades, capacidades y actitud que hay en cada uno de nosotros.
La genialidad en lo personal y en lo profesional
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En qué momento se puede descubrir la genialidad
Blanca Sierra nos cuenta que la genialidad puede presentarse en cualquier etapa de la vida, hay diferentes fases y circunstancias que lo propician, no importa la edad. “En cualquier momento de la vida se puede ser genial”, dice la docente.
Inteligencia emocional y genialidad
La inteligencia emocional requiere de mucha empatía, es decir, sentir con el otro, adicional a la emocionalidad. Es importante comprender que los estados de ánimo pueden convertirse en sentimientos que son negativos para nosotros y para los demás, y que nos impiden lograr la genialidad.
Se hace necesario trabajar la inteligencia emocional desde cualquier etapa de la vida y desde las dimensiones de cada persona, es decir, en lo laboral, lo académico, lo personal, lo familiar, etc. Su objetivo es equilibrar la capacidad de desempeño y el potencial para lograr sus objetivos.
Es necesario siempre tener en cuenta que no hay edad ni momento específico para preguntarse hasta dónde se puede llegar. Debe ser una constante búsqueda en donde todo contribuye.
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