Como un ave Fénix, una persona resiliente tiene el valor de sobreponerse, sobrevivir y adaptarse a situaciones adversas y hasta traumáticas. Las capacidades resilientes se pueden ver reforzadas, gracias a las condiciones del entorno, con factores familiares y psicológicos. ¿Qué pasa si hablamos de personas privadas de la libertad?
Latinoamérica es la región más violenta del mundo , de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Esto es todavía más complejo en un país como Colombia, que padece un largo conflicto armado y múltiples formas de violencia asociadas al narcotráfico y al crimen organizado. En la región cobra mayor peso la violencia urbana asociada a las rentas ilegales a partir de los años 90, como explican Briceño-León, Camardiel y Perdomo, en su libro: Los nuevos rostros de la violencia.
En este contexto, según la Encuesta de Percepción Ciudadana de Medellín Cómo Vamos del año 2019, si bien el 14 % de los habitantes de la ciudad señala que ha sido víctima de algún delito durante el último año, la seguridad es una de las principales preocupaciones.
Los medios de comunicación contribuyen desde las narrativas del miedo a que la ciudadanía perciba a determinadas poblaciones como una amenaza. Existe un discurso que refuerza la discriminación hacia determinados grupos sociales, que suelen ser vistos
como un riesgo para la seguridad, y a quienes se les etiqueta con calificativos de contagio, propios de las epidemias, o con los peligros que representan los desastres naturales.
Entre estos grupos se encuentran las minorías étnicas, los extranjeros y, de manera especial, las personas privadas de la libertad, los exreclusos y también los miles de excombatientes que han dejado las armas.
La problemática de las personas privadas de la libertad se ve agravada por una situación de hacinamiento, que se estima en un 48 % en el sistema penitenciario colombiano, pero que en algunas regiones puede ser incluso superior, según datos del Instituto Nacional Penitenciario (INPEC).
Esta sobrepoblación refuerza una situación de negación de los derechos humanos de estas personas y dificulta los procesos de resocialización, que los prepare para volver a integrarse a la sociedad.
Según la percepción de un 44 % de los ciudadanos consultados por Medellín Cómo Vamos, encontrar un trabajo no es fácil, mientras que el 57 % consideran que es muy desigual el acceso a empleo bien remunerado.
Ante este panorama, los estudiantes en las universidades analizan conceptos como la resiliencia para aportar al cambio que se necesita en la sociedad. Así, el semillero Miradas a la Experiencia del Sujeto de la Universidad Pontificia Bolivariana visitó la cárcel de Palmira para identificar cómo las personas recluidas afrontan la adversidad y de qué manera valorar sus capacidades de resiliencia para no reincidir en actos delictivos, una vez recuperen la libertad.
María Camila Ortega Cardona, estudiante de la Facultad de Psicología de la UPB seccional Palmira, lideró esta investigación, que le permitió poner a prueba todos sus conocimientos académicos. Desde su vinculación al semillero, al inicio de su carrera, destaca que: "Gracias a estos espacios se aprende a aprender”.
Los resultados de esta investigación confirman que a mayor nivel de resiliencia tenga una persona, es decir, de afrontar situaciones difíciles y traumáticas, menor va a ser la reincidencia en el delito.
Frente a las situaciones difíciles, nuestra resiliencia nos ayuda a seguir adelante.
— pictoline (@pictoline) April 13, 2020
Una muestra de que muchas veces somos más fuertes de lo que creemos ❤️ pic.twitter.com/c3ObVKOJAR
Si quiere conocer más sobre esta investigación, lo invitamos a leer el artículo Las capacidades resilientes evitan la reincidencia, en la revista Universitas Científica Vol. 22 N°2.
Para la mayoría de estas personas privadas de la libertad, su mayor motivación para resistir y ser resiliente es su familia y la fe en Dios, como afirma la investigadora de la Facultad de Derecho de la UPB, Adriana María Ruiz Gutiérrez, en su libro Reintegración y resocialización en Colombia. Vulnerabilidad y prevención del delito.
Por lo tanto, los procesos de resocialización y acompañamiento a las personas privadas de la libertad, deben reforzar el propósito de fortalecer sus capacidades de resiliencia para ayudar a reducir la reincidencia de delitos, que en el país estima 23.661 casos a mayo de 2020, según los datos del INPEC.
Este video, a manera de cierre, permite comprender con mayor detalle el concepto de resiliencia y brinda otra perspectiva para su apropiación y práctica.
Nota aclaratoria
Este texto compromete la opinión del autor que lo realiza; este no refleja necesariamente la posición del Programa de Divulgación Científica o de la Universidad Pontificia Bolivariana.
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