Estamos acostumbrados a escuchar constantemente en noticieros y periódicos sobre las partículas de contaminación del aire en Medellín, material particulado o partículas en suspensión, que en el transcurso de una noticia, al parecer de tipo técnico, denominan como PM 10 o PM 2.5. Sin embargo, además de saber que son causantes de enfermedades respiratorias, ¿usted sabe qué es el material particulado o qué es lo que la convierte en material perjudicial para nuestra salud?
Para quienes vivimos en ciudades como Medellín, donde su topografía favorece la acumulación de este tipo de contaminación, es común escuchar hablar sobre este tema, sobre todo en meses como marzo - abril, octubre - noviembre, épocas donde adoptamos medidas de prevención respecto a los índices de contaminación del aire que tienden a subir.
Ahora bien, quienes sin ser expertos tenemos relación cercana con el tema, asociamos la generación de dichas partículas con los vehículos que transitan por la ciudad y podríamos, quizá, llegar a pensar que usar tapabocas nos ayudaría a evitar daños en la salud. Pero en días pasados, conversando con Diana Marcela Marín Pineda, magíster en Epidemiología de la Universidad de Antioquia, y docente interna de la Facultad de Medicina UPB, se me revelaron algunos datos que normalmente no nos dicen en las noticias, y que son fundamentales para tomar medidas preventivas; que es lo que ella y los grupos de investigación en Salud Pública; en Biología de Sistemas; el Grupo de Investigaciones Ambientales y Grupo de Investigación y Desarrollo de Aplicaciones en Tecnologías de la Información y la Comunicación GIDATIC quieren lograr con el proyecto PROMESA (Procedencia del Material particulado y su Efecto en la Salud de los niños: Diseño de un sistema de monitoreo de tercera generación para estimar carga atribuible por contaminación atmosférica).
A continuación, los datos expuestos:
Si queremos una definición podemos decir que el material particulado (PM del inglés Particulate Matter):
También es importante que sepamos que una vez el Área Metropolitana del Valle de Aburrá - AMVA emite las alertas que aparecen de color rojo en las imágenes, no significa que estemos en ese nivel, sino que estamos en estado de alerta para evitar llegar al nivel dañino para la salud. Lo que indica que es necesario prevención y luego de 48 horas, si persiste, se aplican medidas de reducción.
Para estos momentos de alerta los ciudadanos debemos saber que no todas las mascarillas sirven como protectoras; las denominadas N95 tienen un filtro especial que no permite el paso de PM, pero se deben estar cambiando con cierta periodicidad. Esto se traduce, también, en que seamos responsables y no hagamos ejercicio en épocas de alerta, puesto que este esfuerzo físico también implica esforzarnos más en la respiración y, por lo tanto, inhalar más material particulado y gases.
Solemos pensar que el PM lo producen los automóviles: primero, porque no somos expertos en el tema y segundo, porque cuando hay medidas preventivas en Medellín se restringe la circulación de vehículos. Sin embargo, la contaminación se puede producir por múltiples fuentes que se clasifican en dos tipos:
Fuentes artificiales
(producidas por el hombre)
Fuentes naturales
A su vez las fuentes artificiales se dividen en fuentes móviles como el transporte, que aporta el 80 % del PM y fuentes fijas, como la producida por la industria, que corresponden al 19 %. El 1 % restante se refiere a las demás fuentes producidas por el hombre, como las que mencioné anteriormente. Lo curioso acá, es que de ese porcentaje producido por los vehículos, el 69 % procede de volquetas y camiones.
No obstante, la producción de material contaminante no se debe a que sean automóviles, sino a que utilizan combustible tipo diésel, el cual, según la International Agency for Research on Cancer, causa cáncer en los humanos.
Si las partículas son de un tamaño superior a 2.5 micras las afecciones que producirán son de tipo congestión nasal o de vías respiratorias altas, ya que pueden quedar atrapadas en los vellitos de la nariz que sirven como escudo protector.
Pero cuando son de 2.5 o menos de 1 micra, estas partículas entran al organismo y viajan hasta los alvéolos, en los pulmones. Como allí tiene lugar el intercambio de aire entre los pulmones y la sangre… las partículas tienen acceso al torrente sanguíneo, es decir, al resto de nuestros órganos, como por ejemplo el corazón. Esto en adultos significa enfermedades pulmonares y cardiovasculares, pero en niños (los más afectados según la profesora Marín Pineda) puede producir además: asma, bajo peso al nacer, nacimientos prematuros, leucemia y otitis.
No quiere decir que estas enfermedades se manifiesten en el mismo momento que se produce una alerta roja en la ciudad, sino que muchas de estas enfermedades aparecen con el tiempo, pero no imaginamos que tienen su origen en la contaminación del aire.
"Se estima que la exposición a partículas de origen antropogénico (producidas por el hombre) reduce la esperanza media de vida en 8,6 meses."
Organización Mundial de la Salud
Tenemos muchas entidades que se preocupan por estar midiendo la calidad del aire en Medellín, como el AMVA con su Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá – SIATA, que realiza el monitoreo continuo de la calidad del aire y que es insumo para el Grupo de investigaciones Ambientales de la UPB – GIA, que actualmente realiza la implementación del Plan Integral para la Gestión de la Calidad del Aire – PIGECA -. Pero sería necesario, también, incluir una medición según la fuente que lo origina, ya que no es igual el daño que provoca una partícula que proviene de la quema de la caña de azúcar o de un volcán, que aquella producida por motores que utilizan gasolina o diésel. No es lo mismo porque provocan diferentes daños a la salud.
Estas y otras necesidades, como estrategias de prevención más tempranas y mediciones a nivel celular de los efectos tempranos en la salud de los niños; son objetivos del proyecto PROMESA, liderado por la profesora Diana Marcela y que, en compañía de otros docentes investigadores de la UPB, la Universidad de Antioquia y la Universidad de los Andes, pretende empoderar también a la ciudadanía por medio de la estrategia Voces Ciudadanas, donde somos todos los que habitamos la ciudad quienes tenemos la posibilidad de opinar y así solicitar espacios de empoderamiento y políticas públicas, que ayuden a desarrollar dichas estrategias.
Por otro lado, si quisiéramos hablar de soluciones, tendríamos que comenzar con el proceso de chatarrización, utilizar carros eléctricos (acompañado de beneficios económicos para quienes decidan hacer la compra), implementar el uso de biocombustibles, integrar buses eléctricos al sistema de transporte (área donde Medellín es pionera) y sobre todo, diseñar rutas alternas para las volquetas y camiones para que no tengan la necesidad de circular por el interior de la ciudad.
Si usted se imagina que utilizar gas en los automóviles podría ayudar, esto no es del todo definitivo, ya que si bien ayuda a solucionar la contaminación del aire, implicaría que los vehículos se volvieran más pesados, lo que conllevaría al daño de las vías.
nueva decisión es mucho más exigente para las autoridades ambientales de la ciudad y van en pro de la salud de los habitantes, pues después de un año de la crisis, las acciones y estrategias que se tomaron en la ciudad no fueron del todo eficaces para mitigar la contaminación, según consideró la entidad de carácter judicial. Lo que nos deja una gran responsabilidad como ciudadanos en la mitigación de agentes contaminantes del aire en Medellín.
Usted, que está preocupado por el tema y que luego de leer esto no sabe cómo proceder, puede participar en las redes sociales de Voces Ciudadanas y brindar sus opiniones para que, en el corto plazo, se implementen políticas públicas para tomar medidas que nos brinden una solución.
Nota aclaratoria
Este texto compromete la opinión de la autora que lo realiza; este no refleja necesariamente la posición del Programa de Divulgación Científica o de la Universidad Pontificia Bolivariana.
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