Es común que las personas busquen un sitio seguro para guardar elementos que consideran importantes preservar, como las cajas fuertes para proteger sus pertenencias de valor, bancos para depositar dinero o servicios de almacenamiento en la nube para guardar datos y archivos; pero, si hablamos de espacios para conservar objetos o información valiosa, hay que mencionar las bibliotecas públicas, un lugar que históricamente ha atesorado y conservado bienes materiales e inmateriales trascendentales que hacen parte del patrimonio cultural de la sociedad.
Más allá de ofrecer servicios de préstamo de libros o material bibliográfico, las bibliotecas públicas tienen como una de sus principales funciones conservar y difundir el conocimiento, la historia y la cultura, es por esto que allí reposan bienes materiales relevantes para la sociedad como obras antiguas, documentos históricos, manuscritos y archivos fotográficos; además, bienes inmateriales, conocidos también como patrimonio vivo, que son las tradiciones orales, saberes en torno a la naturaleza y el universo, técnicas artesanales, habilidades, representaciones, rituales y expresiones culturales.
La conservación de estos elementos hace que las bibliotecas públicas tengan una gran responsabilidad y compromiso social al asumir esta gestion patrimonial, pues según comenta Paola Vélez Arroyave, coordinadora de Gestión del Patrimonio de la UPB, es fundamental que las actuales y futuras generaciones conozcan su historia a través del patrimonio, para así generar sentido de pertenencia y arraigo cultural.
“El patrimonio es lo que nos da identidad. Muchas cosas son susceptibles de ser patrimoniales, pero lo que le da el verdadero carácter es precisamente ese reflejo de identidad y memoria, de lo que nos identifica a nosotros y nos hace diferente a otras comunidades”, define Paola.
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Las bibliotecas públicas son esenciales e idóneas en estos procesos de gestión porque son la unidad de información más cercana a la comunidad, además, no hay restricciones en cuanto a temáticas, accesos o manejos, dado que son lugares cercanos e inmersos directamente en los círculos sociales, lo que permite que puedan encontrarse todo tipo de personas. Estas características y el valor de conservar el patrimonio hacen que se establezcan directrices globales y nacionales, con el fin de garantizar la priorización y cumplimiento de estos procesos.
En el ámbito global, la UNESCO es la encargada de velar por la preservación de los bienes culturales universales; en Colombia, la ley 1379 de 2010 es la que reglamenta la preservación del patrimonio nacional, además, existen otros documentos que van en línea con este objetivo, uno de estos es el Plan Nacional “ Vamos a Hacer Memoria", emitido por el Ministerio de Cultura y liderado por la Biblioteca Nacional de Colombia.
Proyectos para conservar las bibliotecas
Ahora, también hay que generar estrategias para la sostenibilidad de las bibliotecas, que al final son las que permiten que converjan diferentes procesos para proteger el patrimonio, es por esto que, además de tener una agenda académica, también hay una programación para formar públicos en temas de literatura, música, teatro, danza, exposiciones, entre otras actividades artísticas y culturales de interés para la comunidad en general.
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Al ser administradas y recibir fondos de entidades estatales, las bibliotecas públicas deben sujetarse a unas normativas dispuestas para que efectivamente se cumpla el propósito de gestionar el patrimonio, sin embargo, esto no significa que en las bibliotecas privadas no se pueda asumir también este papel.
Como muestra de ello, para finalizar este artículo te invitamos a que visites la Biblioteca Central Monseñor Darío Múnera Vélez, de la UPB, y conozcas las colecciones patrimoniales que allí se conservan. También, te compartimos a continuación una galería de imágenes de algunos de esos elementos valiosos que puedes encontrar en este lugar.
Foto portada: Manuel Saldarriaga. Cortesía El Colombiano.
