Hablar del río Atrato es hablar del río más caudaloso de Colombia, es hablar de un territorio diverso con cuatro regiones de ecosistemas húmedos y tropicales, es hablar de 600 comunidades negras agrupadas en 70 consejos comunitarios mayores, es hablar de 4 etnias indígenas agrupados en 120 resguardos, es hablar de cedros, guayacanes, balsos, robles y abarcos, es hablar de frutas, caimitos, borojó, y chontaduro, de peces sábalos, tabuches, boquianchas, y bocachicos.
Es hablar de árboles “jechos” bajando el río, es hablar de barequeo de oro entre cantos y décimas, es hablar de tradiciones y espíritus como la “Madreagua”, de currulaos, marimbas, alabaos y chigualos. También, es hablar de extractivismo, de mercurio, motosierras, dragas y fusiles; es hablar de bombardeos, guerra, desplazamiento, masacres y víctimas.
En este contexto de tensión y conflicto se riegan por el río comunidades que r-existen, no solo resisten al invasor como diría Carlos Walter Gonçalves, sino que se incorporan en el espacio para “reproducir la vida y recrear la cultura” desarrollar sus tradiciones y su forma de vida con base en la especial relación que tienen con la naturaleza, haciéndose interdependientes entre sí, sin poder comprenderse aisladamente la diversidad cultural y natural. “Resisten porque existen; por tanto, r-existen” (Gonçalves, 2017).
La r-e(x)sistencias de: (i) el Consejo Comunitario Mayor de la Organización Popular Campesina del Alto Atrato -Cocomopoca- que está integrado por 3.200 familias afrodescendientes congregadas en 43 comunidades; (ii) el Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato -Cocomacia- compuesto por 120 comunidades afrodescendientes, así como la Asociación de Consejos Comunitarios del Bajo Atrato -Asocoba- y el Foro Inter-étnico Solidaridad Chocó -FISCH- (compuestos por 47 organizaciones), reclamaron en una acción de tutela a 26 entidades estatales la permanencia de estas comunidades que han habitado en sus territorios ancestralmente y que está en peligro por el desarrollo intensivo de actividades mineras, de explotación forestal y por el abandono estatal al que han sido castigados por centenares de años.
La Corte Constitucional de Colombia decidió dar una protección efectiva a la naturaleza, las culturas y formas de vida asociadas a ella y la biodiversidad, “no por la simple utilidad material, genética o productiva que estos puedan representar para el ser humano, sino porque al tratarse de una entidad viviente compuesta por otras múltiples formas de vida y representaciones culturales, son sujetos de derechos individualizables, lo que los convierte en un nuevo imperativo de protección integral y respeto por parte de los Estados y las sociedades.
En síntesis, solo a partir de una actitud de profundo respeto y humildad con la naturaleza, sus integrantes y su cultura es posible entrar a relacionarse con ellos en términos justos y equitativos, dejando de lado todo concepto que se limite a lo simplemente utilitario, económico o eficientista.”
El Atrato con piel de ébano, fue protegido por la Corte Constitucional de Colombia, entendiéndolo con el vínculo profundo que nos conecta a todos los seres vivos de la tierra; este nuevo enfoque jurídico denominado derechos bioculturales avanza en la protección de los derechos fundamentales y sus sujetos, así, otorga derechos a la cuenca del río Atrato a la protección, conservación, mantenimiento y restauración a cargo del Estado y de las comunidades étnicas que lo habitan, debido al alto grado de contaminación y amenaza al que está sometido. También dispuso que el río Atrato estará representado por un miembro de las comunidades accionantes y un delegado del Gobierno colombiano conformando así la Comisión de Guardianes del Río Atrato.
Esta acción de tutela fue apoyada por el Centro de Estudios para la Justicia Social Tierra Digna quienes estarán participando con Viviana González, conjuntamente con los Guardianes del río Atrato, a través del Padre Sterlin Londoño, en el III Seminario Latinoamericano de Alternativas al Desarrollo. Para más información ver:
https://www.upb.edu.co/es/formacioncontinua/seminario-latinoamericano-alternativas-desarrollo
Héctor Alimonda; Catalina Toro Pérez; Facundo Martín. Ecología política latinoamericana: pensamiento crítico, diferencia latinoamericana y rearticulación epistémica. CLACSO, 2017. Libro digital, PDF - (Grupos de trabajo). Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-722-274-6.
Elizabeth Restrepo, Asistente investigación Historizando Urbanismos en el Sur Global proyecto UPB Innova y Universidad de Montreal, Canadá (para río atrato)
Grupo de Estudio en Ecología Política y Justicia Hídrica de la UPB
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