Antecedentes 

Por más de diez años la Universidad Pontificia Bolivariana y la Asociación de Tejedoras de la Seda, Colteseda, han trabajado en proyectos de investigación para procurar soluciones conjuntas a problemáticas y necesidades de la comunidad serícola del departamento del Cauca. Gracias a esta alianza se suman al proceso diversos actores de esa zona del país, además de otros grupos de investigación de la Universidad. 

Entre el 2022 y el 2023 se adelantó un plan de acción con las artesanas de la seda de Timbío, Cauca, que se desarrolló en tres momentos, los cuales permitieron aplicar el modelo de Apropiación Social del Conocimiento de la UPB:  

• Conocemos: espacios de encuentro con las artesanas. En esta etapa aplicamos un diagnóstico para conocer su perfil tecnológico y, a través del diálogo, afianzamos nuestro relacionamiento. Eso nos permitió construir un plan de trabajo conjunto a partir de sus necesidades como organización.
• Aprendemos: jornadas intensivas de capacitación y trabajo colaborativo en Timbío, para compartir e intercambiar conocimientos sobre comunicación organizacional, fotografía y redes sociales. 
• Apropiamos: diálogo sobre los avances, dificultades, resultados y lecciones aprendidas luego del proceso. Como parte del ejercicio, construimos una guía denominada Ruta de comunicación, que servirá a la comunidad para reforzar algunos conceptos y se convierte en una herramienta útil con la que puedan trabajar de manera autónoma.
   

Conoce aquí la guía
 

El diálogo entre Colteseda y UPB nos permitió intercambiar aprendizajes e identificar fortalezas y debilidades del proceso de este piloto que ya culminó. Las artesanas de Colteseda destacaron la disposición de nuestro equipo para plantear acciones conjuntas de acuerdo con sus necesidades y cómo este ejercicio las condujo a comprender la importancia de asumir un rol más activo en el cumplimiento de sus objetivos como organización.

Asimismo, desde el equipo de trabajo del proyecto de la Unidad de Apropiación Social del Conocimiento se ratificó la madurez institucional para llevar a cabo procesos de este tipo, con la plena convicción de que deben ser compromisos de largo aliento que generen impactos reales y de mayor alcance en las comunidades.