La contaminación generada por residuos plásticos es uno de los principales problemas y desafíos del siglo XXI, si este no se recicla puede tardar entre 100 y 1.000 años en descomponerse.
Según datos de Greenpeace, organización ambientalista sin animo de lucro, se estima que cada año se vierten al océano más de 8 millones de toneladas de plástico, esto equivale al tamaño de la Torre Eiffel en las aguas dulces o saladas.
Ante este panorama, los gobiernos y empresas han incentivado las campañas y acciones de reciclaje y reutilización de materiales y plásticos PET para el cuidado del medio ambiente, contemplando este como uno de los ejes de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de más importancia para el crecimiento y desarrollo de la organización.
Una de las industrias que contribuye a la contaminación ambiental es la automotriz, la cual, según la ONU, genera alrededor del 18% de emisiones de CO2 (dióxido de carbono), el principal gas causante del efecto invernadero y que hoy afecta la calidad del aire gracias a las liberaciones de este compuesto por lo carros particulares cuando transitan en las calles o vías de la zona rural o urbana.
A pesar de ello, las emisiones de CO2 no es solo los desechos de la industria automotriz, también se encuentran: derivados del petróleo, los líquidos del freno, ácidos de batería, los neumáticos usados y los refrigerantes de motores, siendo estos últimos residuos peligrosos.
Sin embargo, esta se encuentra en un punto de inflexión hacia un futuro más verde sacándole provecho al reciclaje, pasando de una economía lineal a un modelo circular, permitiendo mejorar las prácticas de producción de consumo para mitigar la huella carbono en el medio ambiente.
Una de las iniciativas en el reciclaje en la industria automotriz es la recolección y transformación de los envases usados de lubricantes, esta apuesta la realiza Lubrisinú, un agente comercial autorizado para comercializar lubricantes de las marcas Terpel y Mobil.
Con este programa, se recoge media tonelada de residuos cada tres meses, como lo son los envases usados de este agente que reduce la fricción y el desgaste, alargando la vida útil del automotor.
Luego de esto, una empresa de gestión de residuos peligrosos realiza el tratamiento y transformación en gránulos muy finos que se convierten en materia prima para la fabricación de nuevos productos en PET como postes para cerca, estibas, mobiliaria entre otro más, sobre todo, transformando los residuos peligros en aprovechables.
